RV- Era el 12 de septiembre de 2001, miércoles, día de audiencia general. El Beato
Juan Pablo II, “con gran preocupación, frente al horror de la violencia destructora”,
pero “con la fuerza de la fe” invocó la ayuda de Dios para que “no prevalezca la espiral
del odio, pidiendo a la Virgen, Madre de misericordia, que suscite en el corazón de
todos pensamientos de sensatez y propósitos de paz”. Escuchemos