Encuentro de Benedicto en Ancona con sacerdotes y matrimonios
RV. -
Benedicto XVI anima a los sacerdotes y a los matrimonios a testimoniar la belleza
exigente de la vida cristiana con la confianza y la paciencia de quien conoce la potencia
de la semilla plantada en la tierra. A las cinco de la tarde el Santo Padre se ha
encontrado en Ancona con las familias y los sacerdotes a quienes ha recomendado encontrar
siempre en la Santa Misa la fuerza para vivir la pertenencia a Cristo y a su Iglesia,
en el perdón, en la donación de sí mismos y en la gratitud.
El Santo Padre
ha recordado sobre todo a matrimonios y sacerdotes “la belleza de la armonía y la
complementariedad de vuestras distintas vocaciones”. Porque ambos estados de vida
tienen la misma raíz; están llamados a una misión común: la de testimoniar y hacer
presente este amor y servicio a la comunidad, para la edificación del Pueblo de Dios.
Para
Benedicto XVI “esta perspectiva consiente superar una visión reductiva de la familia,
que la considera como mera destinataria de la acción pastoral”. El Papa ha subrayado
que en esta época difícil la familia necesita atenciones particulares, pero ello no
disminuye su identidad ni mortifica su responsabilidad específica. “La familia –ha
dicho el Santo Padre- es riqueza para los esposos, bien insustituible para los hijos,
fundamento indispensable de la sociedad, comunidad vital para el camino de la Iglesia”.
De
hecho, como ha evidenciado el Pontífice “la familia es el lugar privilegiado para
la educación humana y cristiana y sigue siendo, por lo tanto, la mejor aliada del
ministerio sacerdotal, un don precioso para la construcción de la comunidad. A su
vez, la cercanía del sacerdote a la familia la ayuda a tomar conciencia de su propia
profunda realidad y su propia misión, favoreciendo el desarrollo de una fuerte sensibilidad
eclesial.
El Santo Padre ha animado en especial a los sacerdotes a servir como
pastores a la comunidad eclesial, que “es familia de familias”, y a apoyar a los matrimonios,
compartiendo su responsabilidad educativa, ayudándoles a renovar continuamente la
gracia de su matrimonio, y haciendo a la familia la protagonista en la acción pastoral.
CV - RV