2011-08-02 13:10:11

Mons. Fernando Filoni recuerda que “en la amada tierra de San Justino de Jacobis 12 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre


El arzobispo Prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, Mons. Fernando Filoni, clausuró el pasado domingo 31 de julio en San Fele, en la provincia italiana de Potenza, las celebraciones por el 150° aniversario de la muerte de Justino de Jacobis, testigo del Evangelio en Etiopía entre los años 1839 y 1860.

En efecto, desde la ciudad natal de Justino de Jacobis, misionero lazarista y evangelizador de Etiopía, el Arzobispo Filoni, al celebrar la misa conclusiva a 150 años de su muerte, recordó en su homilía que “en la amada tierra de San Justino de Jacobis 12 millones de personas corren el riesgo de morir de hambre”. El Prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos subrayó que San Fele ha sido fecundado por el heroico testimonio de la vida del santo, razón por la cual era justo conmemorar la ejemplar figura de este misionero quien -como afirmó el Siervo de Dios Pablo VI con ocasión de su canonización- “cuyo único motivo de aflicción es el de ser poco conocido”.

Después de trazar un perfil biográfico del Santo, el arzobispo Filoni subrayó que tras establecerse en Etiopía, respondiendo al llamamiento de Propaganda Fide, el religioso Lazarista aprendió a amar “al pueblo abisinio, su cultura y sus tradiciones; dedicándose totalmente al estudio de la lengua litúrgica indispensable para comprender los textos sagrados de la antigua tradición teológica etíope”. Mientras de su actividad pastoral, recordó que San Justino “además de realizar un seminario para el clero indígena, dio vida a tantas estaciones misioneras. Y añadió que a la evangelización de las ciudades prefirió la de las áreas rurales y deprimidas del país, pobladas por los más pobres y humildes.

Por otra parte, el Prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos no dejó de recordar que estas celebraciones por la muerte del Santo Evangelizador de Etiopía, que también padeció hambre y sed, así como la cárcel, se llevan a cabo mientras se consuma el drama de las poblaciones etíopes y de los demás países del Cuerno de África, en particular de Somalia.

“La indigencia sigue llamando a las puertas de la historia”, recalcó Mons. Filoni, tal como nos lo va repitiendo en estas semanas el Santo Padre Benedicto XVI, recordando que casi 12 millones de africanos corren el riesgo de morir por la carestía y la sequía que afecta el Cuerno de África. Precisamente –dijo– aquella amada tierra de San Justino de Jacobis, a la cual se ligó para siempre”. Y añadió que “para que todos puedan sentarse a la mesa del Planeta, es necesario que los hijos de un mundo con frecuencia derrochador compartan los propios recursos con quienes viven la humillación de la desnutrición”.

M. F. Bernasconi








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