El nuncio apostólico en Washington, arzobispo Pietro Sambi, fallece en Estados Unidos
El arzobispo Pietro Sambi, nuncio apostólico en Washington, falleció ayer noche en
el hospital "John Hopkins" de la ciudad de Baltimore (Estados Unidos) a la edad de
73 años. En su anterior etapa como nuncio en Israel Mons. Sambi trabajó activamente
para buscar una solución al asedio de la Basílica de la Natividad de Belén en 2002.
Mons. Sambi nació en Sogliano al Rubicón, en la provincia italiana de Forlì-Cesena,
en la diócesis de Rimini, el 27 de junio de 1938, y fue ordenado sacerdote el 14 de
marzo de 1964. Se licenció en Teología y en Derecho Canónico, e inició su servicio
diplomático para la Santa Sede en Camerún en 1969. Después fue destinado a Jerusalén
(1971), Cuba (1974), Argelia (1978), Nicaragua (1979), Bélgica (1981) e India (1984).
En 1985 Mons. Pietro Sambi fue consagrado obispo, el mismo año en el que Juan
Pablo II lo nombró Nuncio Apostólico en Burundi. En años posteriores fue nombrado
Nuncio Apostólico en Indonesia e Israel.
Más recientemente, el 17 de diciembre
de 2005, Benedicto XVI lo nombró Nuncio Apostólico en los Estados Unidos. Con el nombramiento
de Nuncio Mons. Sambi también se asumía el cargo de Observador permanente ante la
Organización de Estados Americanos (OEA).
Hay que recordar que como Nuncio
en Israel, en el año 2002 Mons. Sambi trabajó para buscar una solución al asedio de
la Basílica de la Natividad de Belén. Era el 2 de abril de 2002 y por la mañana, el
ejército de Israel había penetrado en la ciudad vieja de Belén.
En el complejo
de la Basílica de la Natividad, donde se encontraban 40 religiosos, habían obtenido
refugio cinco periodistas italianos y uno armenio. Poco después llegaba la noticia
de la presencia de un grupo de 240 entre militares y civiles palestinos. El asedio
concluyó el 10 de mayo. En aquella ocasión, como lo informaba la Oficina de Prensa
de la Santa Sede, Mons. Sambi, junto con el entonces Secretario para las Relaciones
con los Estados, el Arzobispo Jean Louis Tauran, había mantenido contactos con las
Autoridades de Israel, para sostener que “la Santa Sede consideraba una prioridad
absoluta el respeto del status quo de los Lugares Santos”.
En particular porque
en aquel momento la permanencia de aproximadamente 200 hombres – algunos armados –
en el interior de la Basílica de la Natividad constituía un hecho sin precedentes
en la centenaria historia de los Lugares Santos cristianos.