Benedicto XVI y Santiago el Mayor, amigos del Señor
Lunes, 25 jul (RV).- En este día en que la Iglesia celebra al Apóstol protomártir,
recordamos la peregrinación del Papa, el pasado mes de noviembre, en el marco del
Año Santo Xacobeo. Hoy vibran de forma especial sus palabras. Cuando, pocos meses
antes de beatificar Juan Pablo II, renovó la entrañable exhortación de su amado predecesor,
alentando «a España y a Europa» a reimpulsar sus «raíces cristianas»:
«Como el Siervo
de Dios Juan Pablo II, que desde Compostela exhortó al viejo Continente a dar nueva
pujanza a sus raíces cristianas, también yo quisiera invitar a España y a Europa a
edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre,
desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para
todos, comenzando por los más pobres y desvalidos. Una España y una Europa no sólo
preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales
y sociales, de las espirituales y religiosas, porque todas ellas son exigencias genuinas
del único hombre y sólo así se trabaja eficaz, íntegra y fecundamente por su bien».
En
su primer discurso en el Aeropuerto de Santiago de Compostela, reflexionando sobre
el significado de la peregrinación, Benedicto XVI reiteró que la Iglesia también peregrina
y acompaña el anhelo profundo del ser humano, a través de la fe, la esperanza y el
amor, haciéndose «transparencia de Cristo para el mundo. Ésta es su misión y éste
es su camino». Por ello, también el Papa se puso en camino para confirmar en la fe
a los hermanos (cf. Lc 22, 32):
«Vengo como peregrino
en este Año Santo Compostelano y traigo en el corazón el mismo amor a Cristo que movía
al Apóstol Pablo a emprender sus viajes, ansiando llegar también a España (cf. Rm
15,22-29). Deseo unirme así a esa larga hilera de hombres y mujeres que, a lo largo
de los siglos, han llegado a Compostela desde todos los rincones de la Península y
de Europa, e incluso del mundo entero, para ponerse a los pies de Santiago y dejarse
transformar por el testimonio de su fe».
En el marco de la solemnidad de
Santiago el Mayor, patrón de España y de varias capitales y ciudades de América Latina,
Diego Álvarez nos ayuda a evocar a este Apóstol: