El Papa se aflige por cómo es tratada la Iglesia en China, y desea que las presentes dificultades se puedan superar lo más pronto posible

Sábado, 16 jul (RV).- Este mediodía se hizo pública una Declaración de la Santa Sede sobre la ordenación episcopal en la diócesis de Shantou en la provincia de Guangdong, en China Continental. Respecto a la ordenación episcopal del Rev. José Huang Bingzhang, del pasado jueves 14 de julio, se precisa que:

1) El Rev. José Huang Bingzhang, ordenado sin el mandato pontificio y, por tanto, ilegítimamente, ha incurrido en las sanciones previstas por el canon 1382 del Código de Derecho Canónico. En consecuencia, la Santa Sede no lo reconoce come Obispo de la diócesis de Shantou, y está privado de la autoridad de gobernar a la comunidad católica diocesana.

Asimismo se señala que el Rev. Huang Bingzhang había sido informado, desde hace tiempo, que “no podía ser aprobado por la Santa Sede como candidato episcopal, dado que la diócesis de Shantou ya tiene un Obispo legítimo”; y “varias veces se le había solicitado al Reverendo Huang que no aceptara la ordenación episcopal”.

2) De varias fuentes de información la Santa Sede estaba al corriente de que algunos de los Obispos, contactados por las Autoridades civiles, habían manifestado su propia voluntad de no participar a una ordenación ilegítima, poniendo en acto incluso formas de resistencia: no obstante esto, los Prelados habrían sido obligados a tomar parte en ella.

“Con relación a su resistencia –prosigue la Declaración de la Santa Sede hecha pública hoy– conviene poner de relieve que tal acto permanece meritorio ante Dios y suscita aprecio en toda la Iglesia. Igual aprecio va también a aquellos sacerdotes, a aquellas personas consagradas y a aquellos fieles que han defendido a sus propios pastores, acompañándolos en este difícil momento con la oración y compartiendo con ellos su íntimo sufrimiento”.

3) La Santa Sede reafirma el derecho de los católicos chinos de poder actuar libremente, siguiendo su propia conciencia y permaneciendo fieles al Sucesor de Pedro y en comunión con la Iglesia universal. Habiendo tomado conocimiento de estos nuevos acontecimientos, el Santo Padre una vez más se aflige por cómo es tratada la Iglesia en China, y desea que las presentes dificultades se puedan superar lo más pronto posible”.

M.F.B.