2011-07-10 12:17:20

El amor respeta la libertad


Domingo, 10 jul (RV).- El respeto de la libertad es propio del amor. Por eso Dios no se nos impone, sino que nos atrae hacia Él con la bondad de Jesús. A esto se refirió hoy el Sucesor de Pedro en la reflexión previa a la Oración del Ángelus en Castel Gandolfo.

Basándose en el Evangelio de este domingo, donde Jesús relata la parábola del sembrador, el Papa explicó que este Evangelio hace hincapié en el método de la predicación de Jesús: las parábolas. Pero para afirmar que la persona de Jesús es la verdadera parábola de Dios que nos atrae hacia sí con la bondad de Jesús, para sanarnos: “En el fondo, la verdadera parábola de Dios es Jesús, su persona, que en el signo de la humanidad, esconde y al mismo tiempo revela la divinidad. De este modo Dios no nos obliga a que creamos en Él, pero si nos atrae hacia sí con la verdad y la bondad de su hijo encarnado: El amor, de hecho, respeta siempre la libertad”.
j.G.O.

Recibir la Palabra para que produzca abundante fruto

Audio de las palabras del Papa en español RealAudioMP3

Texto completo de la reflexión del ángelus (audio) RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas!

Les agradezco por haber venido para la cita del Ángelus aquí a Castelgandolfo, a donde he llegado hace pocos días. Con gusto tomo esta oportunidad para dirigir mi saludo cordial también a todos los habitantes de esta querida ciudad, con el deseo de una buena estación estival.

En el Evangelio de este Domingo (Mt 13,1-23), Jesús se dirige a la multitud con la celebre parábola del sembrador. Es una pagina en alguna manera “autobiográfica”, porque refleja la experiencia misma de Jesús, de su predicación: El se identifica con el sembrador, que esparce la buena semilla de la Palabra de Dios, y percibe los diversos efectos que obtiene, según el tipo de acogida reservada al anuncio. Hay quien escucha superficialmente la Palabra pero no la acoge; hay quien la acoge en el momento pero no tiene constancia y pierde todo; hay quien es abrumado por las preocupaciones y seducciones del mundo; y hay quien escucha de manera receptiva como la tierra buena: aquí la Palabra da fruto en abundancia.

Pero este Evangelio insiste además en el “método” de la predicación de Jesús, o sea, justamente, en el uso de las parábolas. ¿“Por qué a ellos hablas con parábolas?” – le preguntan los discípulos (Mt 13,10). Y Jesús responde colocando una distinción entre ellos y la multitud:a los discípulos, o sea a aquellos que ya se han decidido por El, les puede hablar del Reino de Dios abiertamente, en cambio a los demás debe anunciarlo en parábolas, para justamente estimular la decisión, la conversión del corazón; las parábolas, de hecho, por su naturaleza requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan a la inteligencia pero también a la libertad. San Juan Crisóstomo explica: “Jesús ha pronunciado estas palabras con la intención de atraer a si a sus escuchas y solicitarlos asegurando que, si se dirigirán a El, El los sanará” (Comentario al Evangelio de Mat. 45,1-2). En el fondo, la verdadera “Parábola” de Dios es el mismo Jesús, su Persona que, en el signo de la humanidad, esconde y al mismo tiempo revela la divinidad. De esta manera Dios no nos obliga a creer en El, sino que nos atrae a Si con la verdad y la bondad de su Hijo encarnado: el amor, de hecho, respeta siempre la libertad.

Queridos amigos, mañana celebraremos la fiesta de San Benito, Abad y Patrono de Europa. A la luz de este Evangelio, mirémoslo como maestro de la escucha de la Palabra de Dios, una escucha profunda y perseverante. Debemos siempre aprender del gran Patriarca del monaquismo occidental a dar a Dios el lugar que le corresponde, el primer lugar, ofreciéndole, con la oración de la mañana y de la tarde, las actividades cotidianas. Que sobre su modelo la Virgen María nos ayude a ser “tierra buena” donde la semilla de la Palabra pueda producir mucho fruto.

Traducción del italiano de Raúl Cabrera

Después del Ángelus

Domingo del mar

Queridos hermanos y hermanas

Hoy se celebra el “domingo del mar”, es decir, la Jornada del apostolado del ambiente marítimo. Me dirijo particularmente a los capellanes y a los voluntarios que se dedican a la cura pastoral de los marítimos, a los pescadores y a sus familias. Aseguro mi oración también para la gente de mar que lamentablemente ha sido secuestrada por actos de piratería. Espero que sean tratados con respeto y humanidad, y rezo también por sus familiares, para que sean fuertes en la fe y no pierdan la esperanza de reunirse pronto con sus seres queridos.








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