Histórico Acuerdo entre la Santa Sede y la República de Azerbaiyán. Compromiso por
la paz y el diálogo
Miércoles, 6 jul (RV).- Esta mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano ha tenido lugar
el intercambio de instrumentos de ratificación del Acuerdo entre la Santa Sede y la
República de Azerbaiyán, que regula la situación jurídica de la Iglesia católica en
esta nación. Procedieron a este intercambio, el Secretario para las Relaciones con
los Estados de la Secretaría de Estado y el Ministro de relaciones exteriores azerbaiyano,
Elmar Mammadyarov.
Destacando las excelentes relaciones existentes, el Secretario
para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, el Arzobispo Dominique
Mamberti, recordó «la inolvidable visita del beato Juan Pablo II a Azerbaiyán, signo
de su gran amor hacia esta nación, hacia su historia y su cultura».
«Visita
que inició una nueva era de entendimiento mutuo, cooperación y diálogo interreligioso»,
hizo hincapié Mons. Mamberti, destacando también que el presidente azerbaiyano Ilham
Aliyev, estuvo presente en el solemne funeral de Juan Pablo II en el Vaticano.
Tras
recordar asimismo que en 2008, el Cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI,
invitado por las autoridades religiosas y civiles visitó Azerbaiyán, llevando la estima
del Papa al gobierno, así como su cercanía a los fieles católicos, Mons. Mamberti
señaló que el Card. Bertone mantuvo también un encuentro con el líder musulmán del
Cáucaso y con otros líderes religiosos, manifestando la voluntad de la Iglesia católica
de cooperar en el compromiso en favor de la paz y la armonía entre los pueblos y del
bien de la familia humana.
Al referirse al evento de hoy - que confirma las
buenas relaciones, y al histórico acuerdo ratificado - que es un valioso instrumento
que implementa el principio de la libertad religiosa - Mons. Mamberti puso de relieve
que se manifiesta así, de forma evidente, el respeto hacia una minoría religiosa,
en un país cuya población es de mayoría musulmana. Acontecimiento que demuestra que
cristianos y musulmanes pueden vivir juntos y respetarse los unos a los otros. El
prelado terminó renovando el anhelo de seguir trabando juntos para impulsar cada vez
más la formación integral de cada persona, como creyente y como ciudadano. Este acuerdo
está escrito en lenguas inglesa y azerí.