2011-07-06 14:28:20

Histórico Acuerdo entre la Santa Sede y la República de Azerbaiyán. Compromiso por la paz y el diálogo


Miércoles, 6 jul (RV).- Esta mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano ha tenido lugar el intercambio de instrumentos de ratificación del Acuerdo entre la Santa Sede y la República de Azerbaiyán, que regula la situación jurídica de la Iglesia católica en esta nación. Procedieron a este intercambio, el Secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado y el Ministro de relaciones exteriores azerbaiyano, Elmar Mammadyarov.

Destacando las excelentes relaciones existentes, el Secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, el Arzobispo Dominique Mamberti, recordó «la inolvidable visita del beato Juan Pablo II a Azerbaiyán, signo de su gran amor hacia esta nación, hacia su historia y su cultura».

«Visita que inició una nueva era de entendimiento mutuo, cooperación y diálogo interreligioso», hizo hincapié Mons. Mamberti, destacando también que el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev, estuvo presente en el solemne funeral de Juan Pablo II en el Vaticano.

Tras recordar asimismo que en 2008, el Cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI, invitado por las autoridades religiosas y civiles visitó Azerbaiyán, llevando la estima del Papa al gobierno, así como su cercanía a los fieles católicos, Mons. Mamberti señaló que el Card. Bertone mantuvo también un encuentro con el líder musulmán del Cáucaso y con otros líderes religiosos, manifestando la voluntad de la Iglesia católica de cooperar en el compromiso en favor de la paz y la armonía entre los pueblos y del bien de la familia humana.

Al referirse al evento de hoy - que confirma las buenas relaciones, y al histórico acuerdo ratificado - que es un valioso instrumento que implementa el principio de la libertad religiosa - Mons. Mamberti puso de relieve que se manifiesta así, de forma evidente, el respeto hacia una minoría religiosa, en un país cuya población es de mayoría musulmana. Acontecimiento que demuestra que cristianos y musulmanes pueden vivir juntos y respetarse los unos a los otros. El prelado terminó renovando el anhelo de seguir trabando juntos para impulsar cada vez más la formación integral de cada persona, como creyente y como ciudadano. Este acuerdo está escrito en lenguas inglesa y azerí.








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