Milán se alegra con tres nuevos Beatos. Figuras que enseñan a “crecer en la grandeza
de la pequeñez evangélica”
Lunes, 27 jun (RV).- Gran alegría ayer en Milán por la beatificación del sacerdote
Serafino Morazzone, misionero del PIME, del padre Clemente Vismara y de la religiosa
sor Enrica Alfieri. El rito que se celebró en la Plaza de la Catedral fue presidido
por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos,
y representante del Santo Padre, y por el cardenal Dionigi Tettamanzi, Arzobispo de
Milán.
La fórmula de beatificación fue leída por el Legado del Papa, el Cardenal
Angelo Amato, mientras al término de la celebración, en la que participaron 300 sacerdotes,
una veintena de obispos y unos ocho mil fieles se llevó a cabo una conexión con la
plaza de San Pedro, desde donde Benedicto XVI, a la hora del ángelus dominical, manifestó
su alegría por este evento.
Tres nuevos Beatos en el año en que la Iglesia
ambrosiana lo ha dedicado al tema de la santidad. Tres figuras que enseñan a “crecer
en la grandeza de la pequeñez evangélica”. Así definió el cardenal Tettamanzi, Arzobispo
de Milán, estas tres figuras ejemplares que fueron beatificadas celebrando el rito
en la solemnidad del Corpus Domini y que “han sabido –dijo el purpurado– poner a la
Eucaristía en el centro de la vida y hacer de ella una fuente de Santidad para los
hermanos.
“El Amén que el padre Serafino Morazzone, sor Enrichetta Alfieri
y el padre Clemente Vismara pronunciaron coincide con el ofrecimiento –sin reservas–
de sus vidas, puestas a disposición total de los demás en la variedad y en la diversidad
de las vocaciones y de las responsabilidades recibidas del único Espíritu”, añadió.
En su homilía el Cardenal Arzobispo de Milán recordó que las virtudes del
Beato Serafino Morazzone fueron reconocidas por Manzoni, en la prima redacción de
los “Prometidos Esposos”. De sor Enrichetta Alfieri, dijo que se distinguió sobre
todo durante los años de la dominación nazi-fascista, ayudando a los prisioneros políticos
y del Padre Clemente Vismara, destacó que en Birmania, se ganó el título de Patriarca
de esa nación. “Todos ellos añadió el Purpurado– nos indican que la vida es bella
cuando es vivida para los demás”. “Tres perfiles de Santidad que la Iglesia de Milán
dona –celebrando el cuarto centenario de la muerte de su patrono San Carlos Borromeo–:
ejemplos de una Santidad construida en la cotidianidad”. “Sí, esta expresión, ‘grandeza
de la pequeñez evangélica’ encuentra hoy su confirmación eclesial también para otros
Beatos nuestros, junto con la certidumbre –son palabras del futuro Papa Pablo VI–
de que el Señor está con los pobres, con los pobres de corazón, con los humildes y,
sobre todo, con quien ama y sabe donar”.