Card. Bertone: empresarios deben superar la lógica de la ganancia en pos del bien
común
Jueves, 16 jun (RV).- Se inauguró hoy en el Vaticano, un encuentro ejecutivo sobre
la ética en el mundo de los negocios, en el marco del segundo aniversario de la promulgación
de la Encíclica Caritas in Veritate publicada el 29 de junio de 2009. Por iniciativa
del Consejo Pontificio Justicia y Paz, este encuentro de exponentes internacionales
de la economía y de la finanza se propone encontrar respuestas concretas a las temáticas
delineadas por Benedicto XVI en su Encíclica sobre el desarrollo humano integral en
la caridad y en la verdad.
El encuentro fue inaugurado por el Cardenal Tarcisio
Bertone, Secretario de Estado quien destacó que la empresa debe cumplir un papel social,
sobre todo en la producción de trabajo, y sin renunciar a las ganancias, comprometerse
en acciones por el bien común.
Los fundamentos antropológicos,
espirituales y éticos del mundo empresarial y de la economía, a la luz de la Doctrina
Social de la Iglesia centraron el discurso del cardenal Bertone quien partió de una
premisa: la iglesia siempre ha subrayado que la actividad empresarial es esencialmente
para el bien común, y no sólo destinada a la ganancia de los propietarios y privados.
Poniendo el acento en la fuerza de la naturaleza social y civilizadora de
la empresa y del mercado planteadas en las encíclicas Centesimus annus y Caritas in
veritate, el secretario de estado vaticano reiteró la importancia de los empresarios
en la creación de puestos de trabajo, riqueza, nuevos productos e innovaciones. No
obstante, advirtió que la iglesia está bien conciente que la vida económica y laboral
está sometida -quizás más que en otras dimensiones de la vida humana- a las tentaciones
del egoísmo y de la acumulación.
El cardenal Bertone recordó que en la encíclica
Caritas in Veritates el empresario es descrito como un sujeto que da forma y organización
aquellas iniciativas económicas que sin negar la ganancia trata de ir más allá de
la lógica del intercambio donde la ganancia es un fin en sí mismo. Esto significa-
explicó el purpurado- que sin negar la ganancia el gran desafío para un empresario
que hoy por hoy quiera colocarse como un constructor del bien común y del desarrollo,
es concebir su actividad como una tarea y una vocación.
El absolutismo de
la ganancia es una motivación insuficiente en una economía y sociedad como la actual,
globalizada, y con grandes retos en la gestión del bien común, como el ambiente, el
agua, la energía, los capitales sociales y civiles. Por ello, al concluir su discurso,
el secretario de estado vaticano animó a los presentes a reflexionar sobre una nueva
estación de creatividad y compromiso civil, inspirados en doctrina social de la iglesia,
abriendo caminos de excelencia humana y espiritual también en la vida económica. (ATD)