2011-06-15 13:05:34

El Arzobispo Antonio Maria Vegliò interviene en la presentación del Glosario sobre términos en materia de migración y asilo


Miércoles, 15 jun (RV).- “Es necesario presentar en la justa luz el gran fenómeno e la movilidad humana, que –si bien no está exenta de aspectos problemáticos– es fundamentalmente una oportunidad, por diversos aspectos, funcional al país de acogida, a los países de origen y a la solidaridad entre los pueblos”.

Lo afirmó el Arzobispo Antonio Maria Vegliò, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los emigrantes e itinerantes en la presentación que tuvo lugar este mediodía en Roma, del Glosario “Network Europeo de Migraciones” sobre términos en materia de migración y asilo. Organizó esta iniciativa la Red Europea Migraciones, punto de contacto nacional para Italia, en colaboración con el Ministerio del Interior a través del Departamento para las Libertades Civiles y la Inmigración y la Dirección Central para las Políticas de Inmigración y de Asilo con el apoyo del Centro de Estudios e Investigación “Idos”. Mientras esta tarde el Glosario será presentado en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad “La Sapienza” de Roma y en la Facultad de Jurisprudencia de la univerisad romana de “Tor Vergata”.

El Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los emigrantes e itinerantes destacó que se trata de una “obra importante” del programa comunitario en el que también participa Italia, que permitirá a los Estados miembros de la Unión Europea realizar un intercambio más correcto a nivel jurídico. Sin embargo, Mons. Antonio Maria Vegliò puso de manifiesto que es necesario realizar también “un intercambio más correcto a nivel económico, cultural y religioso”, tema sobre el que se detuvo a ofrecer algunas consideraciones por considerar “indispensable” una implicación mayor por parte de la opinión pública. Porque como explicó el Presidente de este dicasterio de la Curia Roma, es éste el deseo de la Iglesia, que espera que se realice cada vez más por el bien de los emigrantes, de los países que los acogen y de aquellos de los que han partido.

En efecto, tras abordar “la solicitud pastoral de la Iglesia”, que en tema de migraciones –dijo– “sabe de qué habla”, porque verdaderamente es “madre y maestra”, tal como lo afirmaba el Papa Juan XXIII en su Encíclica del 15 de mayo de 1951; el prelado reafirmó que el mensaje espiritual ha sido calado en un mundo que ha ido cambiando profundamente tras el proceso de industrialización, la desigual repartición de la riqueza entre los pueblos y la diversa capacidad de crecimiento de sus países.

Mons. Vegliò se refirió al Magisterio de la Iglesia, como segunda premisa para subrayar que la “función magisterial” –si bien está centrada en el camino de la salvación espiritual en Jesucristo, que los cristianos reconocen como Hijo de Dios y Salvador– también interviene en la “liberación de todo aspecto de la vida humana oprimido por un desvalor y, por cuanto se refiere al fenómeno migratorio, sobre las condiciones que desfiguran el significado humano y mortifican la dignidad de las personas implicadas, independientemente de su confesión religiosa”.

Al referirse a la “irregularidad y solidaridad”; el Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los emigrantes e itinerantes afirmó que “es innegable que los flujos migratorios actuales han asumido una intensidad tan elevada que plantea numerosos problemas”. Y añadió que la utilización de términos como “irregulares, ilegales, clandestinos, rechazos, y expulsiones” pude dar una idea equivocada de la puesta en juego. Porque la movilidad humana, “al contrario de cuanto a veces se dice, no es fundamentalmente una amenaza que turba la vida normal de los países y de la comunidad internacional”: sino que en realidad –en el fondo de la cuestión migratoria– se colocan la situación de la economía mundial y la insuficiente colaboración entre los Estados, por lo que cuesta realizar los objetivos de promoción humana a escala global y se está “muy lejos de estándares aceptables de dignidad humana para todos”, carencias ante las cuales los emigrantes reaccionan con el camino del éxodo.

El Arzobispo Antonio Maria Vegliò recordó también que el Magisterio pontificio ha intervenido sobre esta cuestión de manera recurrente, para llamar la atención acerca de la “mala globalización”, que influye en las condiciones patológicas del fenómeno migratorio, necesitado, en cambio, de un soporte de mayor solidaridad, exigencia a la que es funcional la ratificación de la Convención de la ONU sobre la tutela de todos los trabajadores emigrantes y de los miembros de sus familias, lo que contribuiría a dar un paso hacia delante en el reconocimiento de la dignidad de todos los inmigrantes en el ámbito de los derechos fundamentales.

También abordó los temas de la diversidad e intercultural y del pasado y el presente, destacando que actualmente prevalece el temor de una “invasión de cuantos escapan de África, y, en particular de los países árabes del Norte del continente, donde la precaria situación económica y el déficit de la democracia han conducido a revueltas populares, a hechos de sangre y también a verdaderas acciones bélicas, donde Italia se encuentra en la encrucijada de estos movimientos, como lo demuestran los continuos desembarques. De ahí que el Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los emigrantes e itinerantes recordara que Italia está llamada a hacer mayormente su parte, al igual que la Unión Europea, porque que el fenómeno migratorio es de todos y lleva necesariamente a rever ciertas orientaciones del pasado.
MFB








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