Arzobispo de Panamá pide solidaridad y dignidad para ancianos marginados y olvidados
Miércoles, 15 jun (RV).- La Iglesia de Panamá se une a la conmemoración del Día Mundial
de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, con un mensaje en el que manifiesta
los desafíos de la sociedad ante el envejecimiento poblacional y la situación lamentable
en que viven miles de nuestros adultos mayores, no sólo porque son marginados y olvidados
por sus familias y la sociedad, sino por la falta de políticas públicas más justas
y solidarias.
Sobre este mensaje Alina Tufani Díaz conversó con Monseñor José
Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo Metropolitano de Panamá quien invitó a reconocer
en los ancianos el rostro de Cristo y erradicar estereotipos que lesionan la dignidad
de los ancianos.
Texto
completo
COMUNICADO Conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia
del Abuso y Maltrato en la Vejez
El envejecimiento poblacional es sin lugar
a dudas uno de los grandes desafíos para nuestro país durante las próximas décadas.
Desde los años 70 el envejecimiento poblacional es una problemática social que afecta
a todos y todas, y preocupa considerablemente a quienes que trabajamos con la población
adulta mayor. Es lamentable la situación en que viven miles de nuestros adultos
mayores. Muchas veces se trata de un problema oculto. Por eso, hoy queremos fijar
nuestra mirada en lo miles de adultos mayores que son marginados y olvidados, adultos
que viven sin sus medicamentos diarios para mantener la salud, adultos que viven en
situación de calle, adultos que son abandonados por sus familiares y puestos al total
abandono, adultos mayores que sufren enfermedades terminales como el cáncer y el VIH-Sida,
hacia ellos deben dirigirse políticas más justas y solidarias. Sin embargo en cada
uno de ellos tenemos que reconocer el rostro de Cristo. De igual manera observamos
en nuestra sociedad un sin fin de estereotipos y representaciones sociales negativas
de cara al envejecimiento y la vejez. Por todo lo anterior es urgente que nuestra
sociedad reconstruya una imagen más positiva y más real de la vejez, dónde el respeto
y la gratitud hacia los ancianos surjan del testimonio y las actitudes dentro de la
propia familia. Al mismo tiempo hacemos un llamado para que las instituciones públicas
asuman un rol más activo en la protección y cuidado de los adultos mayores. El documento
conclusivo de Aparecida nos señala: “Es lamentable que en algunos países no hayan
políticas sociales que se ocupen suficientemente de los mayores ya jubilados, pensionados,
enfermos o abandonados. Por tanto exhortamos a elaborar diseños de políticas sociales
justas y solidarias que atiendan estas necesidades” Como ciudadanos y de manera
especial como discípulos de Cristo estamos llamados a emprender acciones concretas
que toman en cuenta y protegen a los adultos mayores, que han sido el testimonio y
el pilar de nuestras creencias, de nuestra dignidad como pueblo y de nuestra historia.
Más que nadie, ellos merecen nuestro respeto y gratitud por sus aportes a la sociedad
panameña y a cada una de sus familias. Que Santa María la Antigua, Patrona de Panamá,
nos bendiga en esta acción a favor de los adultos mayores.
Panamá, 15 de junio
de 2011
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta O.S.A Arzobispo Metropolitano
de Panamá