Familia, paz, prosperidad y salvación. El Papa anhela que Croacia ayude a Europa a
reavivar sus raíces cristianas
Sábado, 4 jun (RV).- Benedicto XVI se encuentra en Croacia - «como peregrino en el
nombre de Jesucristo» - como dijo en sus primeras palabras a su llegada a Zagreb,
a las 11 de esta mañana, expresando su profunda alegría por este viaje apostólico
que le ha llevado a la amada tierra croata. Acogido con grandes muestras de cariño
y devoción, el Sucesor de Pedro abrazó idealmente a todos los habitantes de Croacia,
saludando en particular a la comunidad católica y especialmente a las familias de
«esta tierra fecundada con el anuncio del Evangelio, esperanza de vida y de salvación
para todo hombre». Tras dirigirse cordialmente al Presidente de la República,
y a las demás Autoridades civiles y militares, el Papa agradeció las amables palabras
del mandatario croata y formuló sus «mejores votos para la alta misión que le ha sido
encomendada y por la paz y la prosperidad de toda la Nación». Con especial emoción,
Benedicto XVI evocó las tres visitas pastorales a Croacia de su amado Predecesor,
el beato Papa Juan Pablo II, y agradeció al Señor la larga historia de fidelidad que
vincula a este País a la Santa Sede. Más de trece siglos de especiales y estrechos
lazos, tejidos y consolidados en circunstancias a veces difíciles y dolorosas:
«Esta historia
es un testimonio elocuente del amor de vuestro pueblo por el Evangelio y por la Iglesia.
Desde los orígenes, vuestra Nación pertenece a Europa y a ella ofrece, en particular,
la contribución de valores espirituales y morales que han plasmado durante siglos
la vida cotidiana y la identidad personal y nacional de sus hijos. Los retos que derivan
de la cultura contemporánea, caracterizada por la diferenciación social, la escasa
estabilidad, y marcada por un individualismo que favorece una visión de la vida sin
obligaciones y la búsqueda continua de “espacios privados”, requieren un testimonio
convencido y un dinamismo emprendedor en la promoción de los valores morales fundamentales,
que están a la base de la vida social y de la identidad del Viejo Continente».
Precisamente
en este contexto, el Papa hizo hincapié en el importante papel de esta nación para
el impulso y fortalecimiento de las raíces cristianas de Europa:
«A veinte
años de la proclamación de la independencia y en vísperas de la plena integración
de Croacia en la Unión Europea, la historia pasada y reciente de vuestro País constituye
un motivo de reflexión para todos los otros pueblos del Continente, ayudando a cada
uno de ellos, y a todo el conjunto, a conservar y a fortalecer el inestimable patrimonio
común de valores humanos y cristianos. Que esta amada Nación, orgullosa de su rica
tradición, contribuya así a que la Unión Europea aprecie plenamente dicha riqueza
espiritual y cultural».
El Santo Padre concluyó su primer discurso
en tierra croata destacando el gran momento que le llevó a este país y que, mañana
domingo, culminará con la Santa Misa dedicada a las familias de Croacia:
«Queridos
hermanos y hermanas, bajo el lema “Juntos en Cristo”, vengo a vosotros para celebrar
la I Jornada Nacional de las familias católicas croatas. Que esta importante iniciativa
sea una ocasión para volver a proponer los valores de la vida familiar y del bien
común, para fortalecer la unidad, reavivar la esperanza y guiar a la comunión con
Dios, fundamento de fraternidad y solidaridad social».
Luego, Benedicto
XVI invocó la intercesión del beato Cardenal Stepinac, mártir que murió en 1960
- ante cuya tumba, en la catedral de Zagreb se detendrá a rezar mañana por la tarde
– encomendándole los desafíos de hoy y a los jóvenes:
«Agradezco
ahora vivamente a todos los que han colaborado en la preparación y organización de
mi visita. Ante los desafíos que interpelan hoy a la Iglesia y a la sociedad civil,
invoco sobre esta tierra y sobre cuantos la habitan la intercesión y la ayuda del
beato Alojzije Stepinac, Pastor amado y venerado por vuestro pueblo. Que él acompañe
a las jóvenes generaciones a vivir en esa caridad que impulsó al Señor Jesús a entregar
la vida por todos los hombres. San José, custodio solícito del Redentor y celestial
Patrono de vuestra Nación, junto a la Virgen María, “Fidelissima Advocata Croatiae”,
os alcancen hoy y siempre paz y salvación. Gracias».
Testo completo
del discurso del Papa:
Señor Presidente de la República, Venerados Hermanos
en el Episcopado, Distinguidas Autoridades, Queridos hermanos y hermanas
Me
alegra profundamente venir aquí como peregrino en el nombre de Jesucristo. Dirijo
mi más cordial saludo a la amada tierra croata y, como Sucesor de Pedro, doy un gran
abrazo a todos sus habitantes. Saludo en particular a la comunidad católica: a los
Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles laicos, y especialmente a las
familias de esta tierra fecundada con el anuncio del Evangelio, esperanza de vida
y de salvación para todo hombre. Le saludo cordialmente, Señor Presidente de la República,
y a las demás Autoridades civiles y militares aquí reunidas. Le agradezco, Señor Presidente,
las amables palabras que me ha dirigido y formulo mis mejores votos para la alta misión
que le ha sido encomendada y por la paz y la prosperidad de toda la Nación. En
este momento, deseo remontarme idealmente a las tres visitas pastorales a Croacia
de mi amado Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, y agradecer al Señor la larga
historia de fidelidad que vincula vuestro País a la Santa Sede. Podemos contar más
de trece siglos de especiales y estrechos lazos, tejidos y consolidados en circunstancias
a veces difíciles y dolorosas. Esta historia es un testimonio elocuente del amor de
vuestro pueblo por el Evangelio y por la Iglesia. Desde los orígenes, vuestra Nación
pertenece a Europa y a ella ofrece, en particular, la contribución de valores espirituales
y morales que han plasmado durante siglos la vida cotidiana y la identidad personal
y nacional de sus hijos. Los retos que derivan de la cultura contemporánea, caracterizada
por la diferenciación social, la escasa estabilidad, y marcada por un individualismo
que favorece una visión de la vida sin obligaciones y la búsqueda continua de “espacios
privados”, requieren un testimonio convencido y un dinamismo emprendedor en la promoción
de los valores morales fundamentales, que están a la base de la vida social y de la
identidad del Viejo Continente. A veinte años de la proclamación de la independencia
y en vísperas de la plena integración de Croacia en la Unión Europea, la historia
pasada y reciente de vuestro País constituye un motivo de reflexión para todos los
otros pueblos del Continente, ayudando a cada uno de ellos, y a todo el conjunto,
a conservar y a fortalecer el inestimable patrimonio común de valores humanos y cristianos.
Que esta amada Nación, orgullosa de su rica tradición, contribuya así a que la Unión
Europea aprecie plenamente dicha riqueza espiritual y cultural. Queridos hermanos
y hermanas, bajo el lema “Juntos en Cristo”, vengo a vosotros para celebrar la I Jornada
Nacional de las familias católicas croatas. Que esta importante iniciativa sea una
ocasión para volver a proponer los valores de la vida familiar y del bien común, para
fortalecer la unidad, reavivar la esperanza y guiar a la comunión con Dios, fundamento
de fraternidad y solidaridad social. Agradezco ahora vivamente a todos los que han
colaborado en la preparación y organización de mi visita. Ante los desafíos que interpelan
hoy a la Iglesia y a la sociedad civil, invoco sobre esta tierra y sobre cuantos la
habitan la intercesión y la ayuda del beato Alojzije Stepinac, Pastor amado y venerado
por vuestro pueblo. Que él acompañe a las jóvenes generaciones a vivir en esa caridad
que impulsó al Señor Jesús a entregar la vida por todos los hombres. San José, custodio
solícito del Redentor y celestial Patrono de vuestra Nación, junto a la Virgen María,
“Fidelissima Advocata Croatiae”, os alcancen hoy y siempre paz y salvación. Gracias.