2011-05-22 14:41:26

En una histórica conversación con los astronautas de la Estación Espacial Internacional, el Papa agradece esta oportunidad de reflexión sobre temas importantes para el futuro de la humanidad


Sábado, 21 may (RV).- Histórica conversación de Benedicto XVI con los astronautas: «Me habéis ayudado a mí y muchas otras personas a reflexionar sobre temas importantes que conciernen al futuro de la humanidad. Os deseo lo mejor para vuestro trabajo y el éxito de vuestra gran misión al servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del progreso auténtico y de la paz en el mundo».

«Santo Padre, bienvenido a Bordo», fue el saludo de los comandantes de los dos equipos de astronautas, cuando pasada la una de la tarde ha tenido lugar la conexión entre Benedicto XVI, - desde el Palacio Apostólico - y los miembros de la Estación Espacial Internacional, que han conversado con el Papa, respondiendo a preguntas sobre temas que interesan a la humanidad y reiterando los objetivos pacíficos de su misión en el espacio, al servicio de la vida.

En la Sala de los Fogones estaba Benedicto XVI sentado y delante de él había una mesa y enfrente un pantalla de televisión en la que han aparecido las imágenes de los astronautas. Han acompañado al Papa tres huéspedes, localizados por otra telecámara que ha podido también seguir al Pontífice.

La conexión ha comenzado con un breve intercambio de palabras con la estación espacial y la Nasa por parte del alemán Thomas Reiter, una de las tres personas que han acompañado a Benedicto XVI. Seguidamente ha intervenido el Presidente de la Agencia Espacial Italiana, Enrico Saggese, que ha saludado al Papa y ha explicado la naturaleza y el significado de la misión. El mismo ha pedido al Comandante de la misión, el ruso, Dimitri Kontradieff que presentara al Santo Padre la misión y a los miembros del equipaje.

Seguidamente Benedicto XVI ha tomado la palabra saludando con alegría y cordialidad a los astronautas:

RealAudioMP3 Queridos astronautas, me siento muy feliz por tener esta extraordinaria oportunidad de conversar con vosotros durante vuestra misión. Agradezco de forma especial esta oportunidad de hablar con los que estáis presentes en la Estación Espacial en este momento.

La humanidad está experimentando un período de progreso extremadamente rápido en los campos del conocimiento científico y de las aplicaciones técnicas. En cierto sentido, sois nuestros representantes - la punta de lanza de la humanidad en la exploración de nuevos espacios y posibilidades para nuestro futuro, más allá de las limitaciones de nuestra existencia cotidiana.

Todos admiramos vuestro valor, así como la disciplina y el compromiso con los que os habéis preparado para esta misión. Estamos convencidos de que estáis inspirados por nobles ideales y que tenéis la intención de poner los resultados de vuestra investigación y vuestros esfuerzos a disposición de toda la humanidad y para el bien común.

Esta conversación me da la oportunidad de expresar mi admiración y agradecimiento a vosotros y a todos los que colaboran en hacer que vuestra misión sea posible, así como de alentaros de todo corazón para que la cumpláis con seguridad y éxito.

Pero ésta es una conversación, así que no debo ser yo el único que hable.

Tengo mucha curiosidad por saber qué me decís acerca de vuestras experiencias y reflexiones.

Si no os importa, me gustaría haceros algunas preguntas ...

Después de este primer saludo, Benedicto XVI ha presentado las cinco preguntas previstas. Señalando, en la que primera, que desde la Estación Espacial, tienen una vista muy distinta de la Tierra, volando sobre diferentes continentes y naciones varias veces al día, el Papa ha afirmado «creo que será obvio para vosotros cómo todos nosotros vivimos juntos en una Tierra y cuán absurdo es que luchemos y nos matemos los unos a los otros. Sé que la esposa de Mark Kelly fue víctima de un ataque grave y espero que su salud siga mejorando, ha dicho luego el Santo Padre refiriéndose a las graves heridas de bala que sufrió la señora Kelly hace algunos meses. Cuando contempláis la Tierra desde allá arriba, ha preguntado Benedicto XVI ¿no os preguntáis alguna vez cómo las naciones y los pueblos viven juntos por aquí, o cómo la ciencia puede contribuir a la causa de la paz?»

El mismo astronauta estadounidense Mark Kelly, luego de agradecer al Santo Padre por su gentileza y por haber recordado a su mujer, afirmó que si bien desde allí no ven confines son conscientes de la lucha y la violencia entre los pueblos ocasionadas por diversas razones pero particularmente causadas por los recursos. En este contexto destacó que en la tierra -a menudo- se lucha por la energía y en el espacio utilizan la energía solar y en la estación espacial tienen reservas energéticas. El astronauta destacó que la ciencia y la tecnología aplicadas en dicha estación para desarrollar el potencial de energía solar les abastece una cantidad ilimitada de energía. Si estas tecnologías se utilizasen más en la tierra -agregó-, quizás se podría reducir también la violencia.

En su segunda pregunta, Benedicto XVI recordó que uno de los temas que, a menudo, reitera en sus discursos se refiere a la responsabilidad que todos tenemos hacia el futuro de nuestro planeta. Recordando los graves riesgos que corren el medio ambiente y la supervivencia de las generaciones futuras. Y que «los científicos nos dicen que tenemos que tener cuidado y que, desde el punto de vista ético, tenemos también que desarrollar nuestra conciencia». Por lo que preguntó «desde su punto de observación extraordinaria, ¿cómo ve la situación en la Tierra? ¿Ve signos o fenómenos a los que tenemos que estar más atentos?».

El astronauta estadounidense Ron Garan -quien respondió a esta segunda pregunta del Papa- luego de describir la belleza y la fragilidad del planeta al mismo tiempo se refirió a la importancia que la misión que están cumpliendo esté conformada por personas de distintos países, lo cual -destacó- demuestra que trabajando juntos, colaborando, es posible superar muchos de los problemas que el planeta tiene que enfrentar, se podrán resolver muchos desafíos puestos a los habitantes del planeta, que es verdaderamente un lindísimo lugar en el cual vivir y trabajar y -desde nos encontramos- es un lugar increíble para admirar nuestra bella tierra.

En la tercera, el Santo Padre destacó que la experiencia de los astronautas es al mismo tiempo extraordinaria y muy importante – aunque pronto volverá a la Tierra, al igual que todos nosotros. Cuando volverá, recibirá mucha admiración y se le tratará como a un héroe, que habla y actúa con autoridad. Se le pedirá que hable sobre sus experiencias. ¿Cuáles serán los mensajes más importantes que le gustaría transmitir - a los jóvenes en particular - que vivirán en un mundo fuertemente influenciado por sus experiencias y descubrimientos?

A esta tercera pregunta del Santo Padre respondió el astronauta estadounidense Mike Fincke, quien –al igual que sus compañeros– destacó que desde allí pueden contemplar el espléndido planeta tierra que Dios hizo, el más bello de todo el sistema solar. Pero -advirtió- si alzamos nuestra mirada, vemos el resto del universo que está allí para ser explorado por nosotros. Y la estación espacial internacional es solamente un símbolo, un ejemplo de aquello que los seres humanos pueden hacer cuando trabajan juntos constructivamente. En este contexto, el astronauta enfatizó la importancia de hacer saber a los propios hijos y a los jóvenes de este planeta que alrededor de nosotros hay todo un universo para explorar y si lo hacemos conjuntamente, todo se puede obtener.

La exploración espacial es una fascinante aventura científica. Sé que han instalado nuevos equipos para la investigación científica y el estudio de la radiación proveniente del espacio exterior. Pero creo que también es una aventura del espíritu humano, un poderoso estímulo para reflexionar sobre los orígenes y el destino del universo y de la humanidad, ha dicho el Papa en la cuarta pregunta, añadiendo luego que los creyentes a menudo miran a los cielos ilimitados y, meditando sobre el Creador de todo, quedan impactados por el misterio de su grandeza.

Por esa razón – ha explicado Benedicto XVI - le dí a Robert Vittori una medalla, como un signo de mi participación en su misión. Medalla que representa la creación del hombre - como la pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. En medio de su intenso trabajo e investigación, ¿se ha detenido alguna vez a reflexionar sobre ello - tal vez incluso a dirigir una oración al Creador? ¿O será más fácil para usted pensar en estas cosas una vez que haya regresado a la Tierra? En su respuesta, el astronauta subrayando las palabras del Santo Padre mostró la medalla que recibió del Papa, dejándola ‘flotar’ mientras hablaba.

Rober Vittori, astronauta italiano, en su respuesta a Benedicto XVI también se refirió a la formación internacional de la misión espacial que están cumpliendo y a otros aspectos técnicos que dejan ver la belleza de nuestro planeta, de color azul, el color del cielo. En este contexto, Vittori rezó por ellos, por sus famitas, por el futuro y agradeció al Santo Padre por la medalla concedida.

La quinta pregunta ha tenido un momento de especial emoción, cuando dirigiéndose al astronauta italiano, Paolo Nespoli, el Papa ha recordado que recientemente falleció su mamá y que cuando dentro de pocos días volverá a casa no la encontrará esperándole. «Todos hemos estado cerca, también yo he rezado por ella», ha afirmado Benedicto XVI, preguntándole ¿cómo ha vivido este tiempo de dolor y si en la Estación se sienten lejanos, aislados y sufren un tipo de separación, o se sienten unidos, en una comunidad que los acompaña con atención y afecto.

A la última pregunta de Benedicto XVI, respondió el también astronauta italiano Paolo Nespoli, quien luego de agradecer las oraciones del Pontífice por el fallecimiento de su madre, reconoció que estando afuera del mundo están aventajados para mirar la tierra y para sentir todo lo que los rodea.


RealAudioMP3 Queridos astronautas,

Os agradezco profundamente por esta maravillosa oportunidad de encontraros y de dialogar con vosotros. Me habéis ayudado a mí y muchas otras personas a reflexionar juntos sobre temas importantes que conciernen al futuro de la humanidad. Os deseo lo mejor para vuestro trabajo y para el éxito de vuestra gran misión al servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del progreso auténtico y de la paz en el mundo. Seguiré a vuestro lado con mi pensamiento y oraciones y os imparto mi bendición apostólica»







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