Regina Coeli: llamamiento de Benedicto XVI para que se restablezca la paz en Libia
y Siria y se frene el derramamiento de sangre, especialmente entre la población civil
Domingo, 15 may (RV).- Benedicto XVI, al mediodía, ante miles de fieles y peregrinos
reunidos en la plaza de san Pedro para el rezo mariano de Regina Coeli, ha hecho un
apremiante llamamiento para la pacificación de Libia y Siria.
“Continúo siguiendo
con gran aprensión el dramático conflicto, en Libia, que ha causado un elevado número
de víctimas y de sufrimientos, especialmente entre la población civil. Renuevo un
urgente llamamiento para que las vías de la negociación y del diálogo prevalezcan
sobre la de la violencia, con la ayuda de las organizaciones internacionales que están
trabajando para encontrar una solución a la crisis. Aseguro, además, mi más orante
y conmovida participación al compromiso con el que la Iglesia local asiste a la población,
en particular a través de las personas consagradas en los hospitales.
Mi
pensamiento se dirige también a Siria, donde es urgente restaurar una convivencia
orientada a la concordia y a la unidad. Pido a Dios para que no haya más derramamientos
de sangre en aquella patria de grandes religiones y civilizaciones, e insto a las
autoridades y a todos los ciudadanos a que no escatimen ningún esfuerzo en la búsqueda
del bien común y en la acogida de las legítimas aspiraciones para un futuro de paz
y de estabilidad".
En su alocución, antes de la plegaria del Regina Coeli,
Benedicto XVI ha hablado de la liturgia de este IV Domingo de Pascua que nos presenta
una de las imágenes más bellas, que desde los primeros siglos de la Iglesia han representado
al Señor Jesús: la del Buen Pastor. “La relación entre Cristo Pastor y su rebaño,
es una relación tan estrecha que nadie va a poder robar las ovejas de su mano”, ha
dicho el Papa. De hecho, ellas están unidas a Él por un vínculo de amor y de recíproco
conocimiento, que les garantiza el don inconmensurable de la vida eterna.
Al
mismo tiempo, la actitud de las ovejas hacia el Buen Pastor, viene presentada por
el evangelista con dos verbos específicos: escuchar y seguir. Términos que designan
las características fundamentales de las personas que viven siguiendo al Señor. En
primer lugar, la escucha de su Palabra, de la que la fe nace y se nutre.
“¡Sólo quien está
atento a la voz del Señor es capaz de evaluar, en su propia conciencia, las correctas
decisiones para actuar de acuerdo a Dios!. Y por consiguiente de esta escucha deriva,
el seguir a Jesús: se actúa como discípulo, después de haber oído y recibido interiormente
las enseñanzas del Maestro, para vivirlas todos los días”.
El Santo Padre
ha invitado por tanto, en este domingo, a recordar a los pastores de la Iglesia de
Dios, y a los que se están preparando para convertirse también en pastores.
“Os invito por
tanto a que recéis especialmente por los obispos -entre ellos el obispo de Roma -
por los pastores, por todos los que tienen responsabilidad en la guía del rebaño de
Cristo, para que sean fieles y prudentes en el ejercicio de su ministerio. Y en particular,
oramos por las vocaciones al sacerdocio en esta Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones, para que nunca falten buenos trabajadores en la mies del Señor”.
El
Pontífice ha recordado que hace setenta años, el venerable Pío XII instituyó la Obra
Pontificia para las vocaciones sacerdotales. “Una feliz intuición de mi predecesor
-ha dicho- fundada en la convicción de que las vocaciones crecen y maduran en las
Iglesias particulares, con la ayuda de un ambiente familiar sano y fortalecido por
el espíritu de la fe, la caridad y la piedad”.
Recordando su mensaje para
esta Jornada Mundial, el Papa ha subrayado que “una vocación se cumple cuando se sale
de la propia voluntad cerrada y de la propia idea de auto-realización, para sumergirse
en otra voluntad, la voluntad de Dios, dejándose guiar por ella."
“Incluso
en este momento, en que la voz del Señor corre el riesgo de ser sumergida en medio
de otras muchas voces, -ha dicho Benedicto XVI- cada comunidad eclesial está llamada
a promover y cuidar las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Porque los
hombres tienen siempre necesidad de Dios, incluso en nuestro mundo tecnológico, y
habrá siempre necesidad de pastores que anuncien su Palabra”.
Finalizado el
Regina Coeli, Benedicto XVI ha saludado en distintos idiomas a los fieles reunidos
para el rezo mariano y, en italiano ha recordado la resonancia mundial que tuvo la
beatificación de Juan Pablo II el pasado 1 de mayo. En este contexto el Papa ha recordado
la existencia de otros testimonios ejemplares de Cristo, mucho menos conocidos, que
la Iglesia añade con alegría a la veneración de los fieles.
El Santo Padre
se refería con estas palabras a la beatificación, hoy en la localidad alemana de Wurzbürg
de Georg Häfner, sacerdote diocesano, fallecido mártir en el campo de concentración
de Dachau. Hablando en alemán el Pontífice se ha mostrado particularmente unido a
los numerosos fieles que han participado en la beatificación de éste sacerdote mártir.
“En
la tempestad del nacionalsocialismo Georg Häfner estuvo preparado, como fiel pastor,
a defender su rebaño y a conducir a muchas personas a las aguas de la vida con el
anuncio de la verdad y con la administración de los sacramentos, hasta la donación
de su propia vida. Él perdonó sinceramente a sus torturadores y desde la cárcel escribió
a sus padres: ‘nosotros queremos ser buenos con todos”.
En este Domingo del
Buen Pastor, Benedicto XVI se ha dirigido también en español a los fieles presentes
en la Plaza de San Pedro para el rezo del Regina Coeli.
Saludo
con afecto a los fieles de lengua española. En este cuarto domingo de Pascua, llamado
«del Buen Pastor», celebramos la Jornada mundial de oración por las vocaciones. Invito
a todos asumir el compromiso en la promoción y cuidado de las vocaciones, a alentar
y sostener a los que muestran indicios de una llamada a la vida sacerdotal o a la
vida consagrada. Roguemos al «Señor de la mies», que conceda a su Iglesia numerosas
y santas vocaciones. Confiemos igualmente a la maternal protección de María, la Virgen,
a todos aquellos que han respondido a la llamada de Dios en sus vidas. Muchas gracias
y Feliz Domingo