2011-05-09 12:45:58

Carta pastoral del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, a cien días de la Jornada Mundial de la Juventud


Lunes, 9 may (RV).- El Cardenal Arzobispo de Madrid y Presidente de la conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela cuando faltan cien días para que comience la Jornada Mundial de la Juventud con la presencia de Benedicto XVI ha publicado una carta pastoral que titula: “Nos encontramos a las puertas de un nuevo ‘Pentecostés’”. En primer lugar el purpurado español, “recuerda que estamos en la recta final de la JMJ, algo que urge una respuesta personal y comunitaria por parte de todos: en la acogida y acompañamiento de los jóvenes peregrinos, en la sensibilidad ante la llegada y presencia del Santo Padre, y en la participación en los actos de la JMJ.

Desde que el Santo Padre anunciara, el 3 de julio de 2008 en Sydney, que Madrid sería la sede del siguiente encuentro mundial de jóvenes, dice el Cardenal Rouco, “no hemos dejado de prepararnos y disponernos espiritual y pastoralmente para que la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid con el Santo Padre, acompañado por Obispos y presbíteros provenientes de todas las diócesis del mundo, vuelva a ser la ocasión providencial para un hondo, auténtico y gozoso encuentro con Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, que llama a los jóvenes en su Iglesia para que sus vidas muchas veces mustias y rotas y, otras, frescas y vigorosas se enraícen y edifiquen en Él, el único que puede ofrecerles y darles la verdad, la esperanza y el amor; el único que puede mostrarles la buena dirección y acompañarles en el camino que les lleva a la auténtica y duradera felicidad: ¡más acá y más allá de la muerte!”.

En otro apartado de la carta el Arzobispo de Madrid afirma que,“La Iglesia Particular de Madrid, encargada por el Papa de la organización de este magno acontecimiento eclesial −sin duda el más excepcional de toda su historia−, es receptora simultáneamente de un don singular y de una responsabilidad pastoral sin precedentes que le confía el Pastor de la Iglesia Universal en orden al gran y actualísimo objetivo de la nueva Evangelización de los jóvenes del Tercer Milenio. Don y responsabilidad que, en definitiva, nos viene del mismo Señor y Pastor invisible de la Iglesia y de nuestras almas, de Jesucristo Resucitado, y que hemos venido acogiendo y asumiendo con mucho fruto a lo largo de los más de dos años intensos de plegaria, de escucha de la palabra de Dios, de celebración de los sacramentos y de dar a conocer a la Iglesia y a toda la sociedad madrileña, especialmente a sus jóvenes, lo que significa y significaría la organización de la celebración de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud para una renovación cristiana de la juventud de Madrid ¡vigorosa e ilusionada!”.

“La recta final de preparación a la próxima JMJ, subraya el Cardenal Rouco, “ya está aquí. La inminencia, pues, de lo que va a ser una nueva, bella y fecunda hora de la gracia y del Espíritu para la Iglesia y para sus jóvenes; más aún, la certeza de que nos encontramos a las puertas de un nuevo ‘Pentecostés’ que renovará sus corazones y sus proyectos de vida con un encendido amor a Jesucristo, se nos impone con una evidencia pastoral inesquivable. Urge la respuesta: respuesta personal y comunitaria”.

“Una respuesta, explica el purpurado español, que ha de ser decidida, comprometida y generosa”. Primero, “en la acogida y en el acompañamiento de los jóvenes peregrinos que llegarán a Madrid”. Para ello, apunta, se necesita la actitud del “amor fraterno lúcido en el servicio y presto a la entrega a una causa verdaderamente apostólica: la de la evangelización y de la santificación de los jóvenes de este tiempo de la Iglesia tan cargado de expectativas misioneras y de esperanzas de que el Señor Jesucristo Resucitado triunfará. Su reflejo ha de mostrarse en el número y la calidad de los voluntarios”. “¡Sois mucho y seréis más! Así sucederá también con las familias madrileñas: de la Ciudad y de la Comunidad de Madrid. Su sentido proverbial de la hospitalidad cristiana las animará a recibir a los jóvenes peregrinos y a abrirles las puertas de sus casas”.

Segundo, “nuestra respuesta ha de manifestarse especialmente sensible a la llegada y a la presencia del Santo Padre, el Pastor visible de la Iglesia Universal, el Papa Benedicto XVI”. “El Papa busca y espera de los jóvenes de esta hora de la Iglesia y del mundo un nuevo Sí a su Evangelio: un Sí firme, valiente y transformador de sus vidas”.

Y tercero “la respuesta de la Iglesia diocesana de Madrid y, principalmente, la de sus jóvenes, ha de ser la de la participación”. “Diligente en la oración por los frutos naturales y sobrenaturales de la Jornada Mundial de la Juventud, en la participación activa en las actividades pastorales y apostólicas de su preparación inmediata y, sobre todo, en la celebración de la misma Jornada: en sus actos centrales y en todo el rico conjunto de su programación”, apunta. Por ello, pide, “¡No más demora en las inscripciones”.

Finalmente el Cardenal Antonio María Rouco Varela señala que “la tarea, que hemos asumido al servicio de la Iglesia y de su pastoral juvenil, es de unas proporciones materiales y espirituales nada comunes, ¡inconmensurables!”. Y concluye confiándose a la Virgen María.








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