China: la Santa Sede no considera inválidas, pero sí ilegítimas, las ordenaciones
episcopales de Chengde
Jueves, 14 abr (RV).- La Comisión para la Iglesia católica en China manifestó su dolor
por las pruebas que se están afrontando en el país y constata el clima general de
desorientación y ansiedad respecto al futuro, los sufrimientos de algunas circunscripciones
privadas de pastores, las divisiones internas de otras y la preocupación de otros
que no tienen personal ni medios suficientes para hacer frente a los fenómenos de
la creciente urbanización y de despoblación de las zonas rurales.
La Comisión
que Benedicto XVI instituyó en 2007 para estudiar los temas de mayor importancia en
la vida de la Iglesia católica en China se reunió en el Vaticano del 11 al 13 de abril
en el Vaticano y hoy se ha hecho público un mensaje a los católicos chinos en el que
además de algunos aspectos negativos se subraya la “fe viva y la experiencia de Iglesia”
del país “capaz de dialogar de una manera fructífera con las realidades sociales de
cada territorio”. En el mismo plano la Comisión manifiesta la alegría por la noticia
de que la diócesis de Shangai puede iniciar la causa de beatificación de Paolo Xu
Guangqi, que se añade a la del jesuita padre Matteo Ricci.
Uno de los hechos
analizados con detenimiento por la Comisión ha sido el del “triste episodio de las
ordenaciones episcopales de Chengde”, que por el momento la Santa Sede no considera
invalido, pero sí gravemente ilegítimo, “porque ha sido conferida sin el mandato pontificio
y ello hace también ilegítimo el ejercicio del ministerio”. En el mismo contexto el
mensaje de la Comisión subraya el dolor provocado por las constricciones sufridas
por los obispos consagrantes.
De hecho se admite que aunque las “presiones
y constricciones externas no conllevan automáticamente la excomunión”, sí se ha herido
al cuerpo eclesial. El mensaje a los católicos chinos recuerda que “cada obispo implicado
debe informar a la Santa Sede y encontrar la forma de aclarar la propia posición a
los sacerdotes y a los fieles, profesando nuevamente la fidelidad al Sumo Pontífice,
para ayudarles a superar el sufrimiento interior y reparar el escándalo externo que
se ha causado”.
Por lo que respecta a la VIII Asamblea Nacional de Representantes
Católicos, la Comisión considera evidente “la pretensión de algunos organismos, queridos
por el Estado y extraños a la estructura de la Iglesia, de situarse por encima de
los mismos obispos y guiar la vida de la comunidad eclesial”. Retomando el Concilio
Vaticano II, la Comisión recuerda que también la declarada finalidad de estos organismos
de aplicar «los principios de independencia y autonomía, autogestión y administración
democrática de la Iglesia», es irreconciliable con la doctrina católica.
La
siguiente fuente de preocupación manifestada en el mensaje se concentra en la urgente
necesidad de la elección de pastores para la guía de las numerosas diócesis vacantes.
En este sentido la Comisión espera que no se produzcan nuevas heridas a la comunión
eclesial y en el mismo contexto se recuerda lo escrito por Benedicto XVI al respecto:
“La Santa Sede desearía ser completamente libre en el nombramiento de los obispos;
por lo tanto, considerando el reciente peculiar camino de la Iglesia en China, espero
que se alcance un acuerdo con el Gobierno para resolver algunas cuestiones relacionadas
tanto con la elección de los candidatos al episcopado como con la publicación del
nombramiento del obispo, y con el reconocimiento –a efectos civiles- del nuevo obispo
por parte de las autoridades civiles”.
Otro tema de preocupación para la Comisión
reflejado en este mensaje es el de la situación de las circunscripciones y alguna
de las dificultades que presentan sus confines. Para ello se recurre de nuevo a la
Carta pontificia a los católicos chinos donde se reconoce la necesidad de tener en
cuenta los “numerosos cambios administrativos que han sucedido en los últimos 50 años”,
que han “incidido sobre numerosas circunscripciones eclesiásticas, que han sido eliminadas,
reagrupadas o modificadas en su configuración territorial en base a las circunscripciones
administrativas civiles”. El mismo Santo Padre confirmaba entonces la disponibilidad
de la Santa Sede para afrontar completamente la cuestión de las circunscripciones
y las provincias eclesiásticas en un diálogo abierto y constructivo con el episcopado
chino y con las autoridades gubernamentales.
MENSAJE COMPLETO
COMISIÓN
PARA LA IGLESIA CATÓLICA EN CHINA Mensaje a los católicos chinos
“1.
Movidos por el amor a la Iglesia en China, por el dolor debido a las pruebas que estáis
afrontando y por el deseo de animaros, hemos profundizado nuestro conocimiento sobre
la situación eclesial a través de una visión panorámica de la organización y la vida
de las circunscripciones eclesiásticas en vuestro país. Hemos constatado el clima
general de desorientación y ansiedad por el futuro, los sufrimientos de algunas circunscripciones
privadas de pastores, las divisiones internas de otras, la preocupación de otros que
no tienen personal ni medios suficientes para hacer frente a los fenómenos de la creciente
urbanización y de despoblación de las zonas rurales.
Del examen de la
información, emerge una fe viva y una experiencia de Iglesia, capaz de dialogar de
una manera fructífera con las realidades sociales de cada territorio. La acción conjunta
de obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas y fieles laicos compone, en
la mayor parte de los casos, un mosaico en el que se refleja la imagen de Cristo y
de sus muchos discípulos. Muchas religiosas con espíritu de abnegación y viviendo,
en muchas ocasiones, reales estrecheces económicas, se prodigan cotidianamente en
la atención a las familias, los jóvenes, los ancianos y los enfermos. Varias asociaciones
se ocupan de las obras de caridad y asistencia, haciéndose cargo de las necesidades
de los pobres y de los afectados en estos años por inundaciones y terremotos.
2.
Alentamos a los obispos, junto con sus sacerdotes, a conformarse cada vez más a Cristo
el Buen Pastor, a hacer lo posible para que sus fieles no carezcan de la enseñanza
de la fe, a estimular una laboriosidad justa y a esforzarse por construir, donde falten
y sean necesarios, nuevos lugares de culto y de educación en la fe, sobre todo para
formar comunidades cristianas maduras. Invitamos a los pastores a cuidar con renovado
empeño y entusiasmo la vida de los fieles, especialmente en sus elementos esenciales
de la catequesis y la liturgia. Exhortamos a los pastores a enseñar a los sacerdotes,
con su propio ejemplo, a amar, a perdonar y a ser fieles. También invitamos a las
comunidades eclesiales a seguir proclamando el Evangelio con fervor cada vez más intenso,
al mismo tiempo que nos unimos a su gratitud a Dios por el bautismo de adultos, que
se celebrará durante los próximos días pascuales”.
3. Hemos afrontado
en particular algunas dificultades que han surgido recientemente en vuestras comunidades.
Por
lo que respecta al triste episodio de la ordenación episcopal en Chengde, la Santa
Sede, sobre la base de la información y los testimonios que ha recibido hasta ahora,
aunque no tiene motivos para considerarla inválida, la considera gravemente ilegítima,
ya que se ha conferido sin el mandato pontificio, y esto hace también ilegítimo el
ejercicio del ministerio. También estamos tristes porque ha tenido lugar tras una
serie de consagraciones episcopales consensuadas y porque los obispos consagrantes
fueron sometidos a diversas constricciones. Como el Santo Padre escribió en su Carta
de 2007: ”La Santa Sede sigue con suma atención el nombramiento de los Obispos, puesto
que esto afecta al corazón mismo de la vida de la Iglesia, ya que el nombramiento
de los Obispos por parte del Papa es garantía de la unidad de la Iglesia y de la comunión
jerárquica. Por este motivo el Código de Derecho Canónico (cf. canon 1382) establece
graves sanciones tanto para el Obispo que confiere libremente la ordenación sin mandato
apostólico como para quien la recibe; en efecto, dicha ordenación representa una dolorosa
herida para la comunión eclesial y una grave violación de la disciplina canónica.
El Papa, cuando concede el mandato apostólico para la ordenación de un Obispo, ejerce
su autoridad espiritual suprema: autoridad e intervención que quedan en el ámbito
estrictamente religioso. No se trata por tanto de una autoridad política que se entromete
indebidamente en los asuntos interiores de un Estado y vulnera su soberanía” (No.
9). Las presiones y las constricciones externas podrían significar que no
se incurra automáticamente en la excomunión. Sin embargo, queda una herida, provocada
al cuerpo eclesial. Cada obispo involucrado debe, por tanto, informar a la Santa Sede
y encontrar los modos para explicar su posición a los sacerdotes y fieles, renovando
su profesión de fidelidad al Sumo Pontífice, para ayudarles a superar su sufrimiento
interior y reparar el escándalo externo causado. Estamos cerca de vosotros
en estos momentos difíciles. Invitamos a los sacerdotes, personas consagradas y fieles
laicos a comprender las dificultades de sus obispos, a alentarlos, a sostenerlos con
la solidaridad y con la oración”.
4. Por lo que respecta a la VIII Asamblea
Nacional de Representantes Católicos, las palabras del Santo Padre, son, una vez más,
iluminadoras: “Considerando “el plan originario de Jesús”, resulta evidente que la
pretensión de algunos organismos, que el Estado ha querido y que son ajenos a la estructura
de la Iglesia, de ponerse por encima de los Obispos mismos y de dirigir la vida de
la comunidad eclesial, no está de acuerdo con la doctrina católica, según la cual
la Iglesia es “apostólica”, como ha reiterado también el Concilio Vaticano II. (…)
La finalidad declarada de los mencionados organismos de poner en práctica “los principios
de independencia y autonomía, autogestión y administración democrática de la Iglesia”,
es también inconciliable con la doctrina católica”. (No 7).
5. La elección
de Pastores para el gobierno de las numerosas diócesis vacantes es una necesidad urgente,
y, al mismo tiempo, fuente de profunda preocupación. La Comisión expresa la firme
esperanza de que no haya nuevas heridas a la comunión eclesial y pide al Señor la
fuerza y el coraje para todas las personas involucradas”. A este respecto, hay que
tener en cuenta lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito: “La Santa Sede desearía ser
completamente libre en el nombramiento de los Obispos; por tanto, considerando el
reciente y peculiar camino de la Iglesia en China, deseo que se llegue a un acuerdo
con el Gobierno para solucionar algunas cuestiones referentes tanto a la selección
de los candidatos al episcopado como a la publicación del nombramiento de los Obispos
y el reconocimiento -en lo que sea necesario a efectos civiles- del nuevo Obispo por
parte de las Autoridades civiles”. Hacemos nuestros estos deseos y vemos con trepidación
y con temor al futuro: sabemos que no está totalmente en nuestras manos y lanzamos
un llamamiento para que los problemas no crezcan y las divisiones no se acrecienten
a expensas de la armonía y la paz”.
6. Al examinar la situación de las
circunscripciones eclesiásticas ha surgido diversas dificultades con respecto a sus
fronteras. En este sentido, se ha reconocido la necesidad de tener en cuenta cómo
han cambio las condiciones, respetando la normativa eclesiástica, y teniendo siempre
en cuenta lo que se lee en la Carta del Papa a los católicos en China: “Deseo confirmar
que la Santa Sede está disponible para afrontar toda esta cuestión de las circunscripciones
y provincias eclesiásticas en un diálogo abierto y constructivo con el Episcopado
chino y —en lo que sea útil y oportuno— con las Autoridades gubernativas”.
7.
Finalmente nos hemos centrado en la formación de los seminaristas y las religiosas,
tanto dentro como fuera de China. (...) Hemos observado con satisfacción que las comunidades
católicas en China organizan en su interior iniciativas con fines formativos.
8.
Esperamos que el diálogo sincero y respetuoso con las autoridades civiles ayude a
superar las dificultades del momento actual para que también las relaciones con la
Iglesia Católica contribuyan a la armonía en la sociedad.
9. Nos alegramos
de la noticia de que la diócesis de Shangai pueda iniciar la causa de beatificación
de Pablo Xu Guangqi, que se suma a la del padre Matteo Ricci, S.I.
10.
Para superar las difíciles situaciones de cada comunidad, la oración será de gran
ayuda. Se podrán organizar diversas iniciativas que os ayudarán a renovar vuestra
comunión de fe en Jesús, nuestro Señor y de fidelidad al Papa, para que la unidad
entre vosotros sea cada vez más profunda y visible.
11. En el encuentro
que tuvo lugar al final de la reunión plenaria, Su Santidad reconoció el deseo de
unidad con la Sede de Pedro y con la Iglesia universal, que los fieles en China no
dejan de manifestar, en medio de muchas dificultades y aflicciones. La fe de la Iglesia,
expuesta en el Catecismo de la Iglesia católica y que hay que defender aún a costa
de sacrificios, es el fundamento sobre el que las comunidades católicas en China tienen
que crecer en la unidad y la comunión”.