Campaña nacional de las iglesias católicas en favor de las víctimas del terremoto
y maremoto en Japón
Lunes, 14 mar (RV).- En las misas celebradas el domingo en las iglesias católicas
de Japón se ha lanzado una campaña nacional de ayuda a favor de los damnificados del
terremoto y el maremoto que flagelaron esas islas el 11 de marzo. A la iniciativa
también se han unido las asociaciones e instituciones de la Iglesia, en ese país,
en el que el 0,4% de la población es católico, con el objetivo de recaudar fondos
para ayudar a las personas desplazadas.
El padre Daisuke Naru, director ejecutivo
de Caritas Japón explicó que la tarea es mostrar el amor y la solidaridad, en especial
hacia las categorías más vulnerables, como los inmigrantes, los ancianos, las personas
sin hogar. En este momento estamos llamados a dar testimonio de unidad y a estar cerca
de todo ser humano que sufre. “Sabemos que la respuesta a nuestro llamamiento de los
fieles va a ser muy generosa”, puntualizó.
Efectivamente entre los equipos
de socorro en las áreas devastadas por el sismo japonés se encuentran desde las primeras
horas numerosos voluntarios de Caritas, empeñados en llevar ayuda a la población,
según lo confirmó a nuestros colegas de la sección italiana el nuncio apostólico en
el Japón, Mons. Alberto Bottari de Castello, quien desde el plano humano nos contó
cómo esta viviendo este dramático momento.
Diría que poco
a poco nos damos cuenta de aquello que ha ocurrido, porque los momentos iniciales
han sido de verdadero miedo: miedo que elimina la capacidad de pensar - corres de
un lado a otro, ves caer todo a tu alrededor, no sientes la tierra bajo tus pies,
los muebles se mueven, no sabes qué hacer … Cierto, vemos a los demás que han sufrido
peores daños: ver las casas arrancadas de sus bases y arrastradas, los trenes de los
que aun no se tienen noticias, sentir el sufrimiento humano a un nivel así de terrible…
Somos los primeros en habernos interesado, naturalmente, junto a los obispos y también
Caritas, que esta trabajando muy bien. He recibido una llamada telefónica de Cor Unum
en la que se me informaba que a nombre del Santo Padre, el dicasterio ha ya puesto
a disposición 150 mil dólares. Son pequeños gestos ante la gravedad de la situación,
pero es siempre algo importante: es una señal que viene del Santo Padre y que nos
consuela, nos alienta.