El Papa subraya que “el camino para redescubrir el verdadero destino de la humanidad
sólo se puede encontrar restableciendo a Dios como prioridad en el corazón y la mente
de cada persona”
Viernes, 18 feb (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana a los obispos de la Conferencia
Episcopal de Filipinas, una nación de la que el Papa ha subrayado la profunda relación
de los católicos con el Sucesor de Pedro como una característica significativa de
la fe en el país. El Pontífice ha expresado su deseo de que “esta comunión pueda continuar
creciendo y floreciendo” como se prevé en los actuales desafíos del apostolado.
La cultura filipina
se enfrenta también a las cuestiones más sutiles inherentes al secularismo, al materialismo
y al consumismo de nuestra época. Cuando la autosuficiencia y la libertad se separan
de la dependencia y la realización en Dios, el ser humano se crea un destino falso
y pierde de vista la razón de ser por la que ha sido creado. El camino para redescubrir
el verdadero destino de la humanidad sólo se puede encontrar restableciendo a Dios
como prioridad en el corazón y la mente de cada persona.
Benedicto XVI
ha resaltado la gran tarea de evangelización de los obispos filipinos de proponer
una relación personal con Cristo como clave del cumplimiento total. “En este contexto,
la segunda Asamblea Plenaria de los obispos filipinos –ha precisado el Papa- continúa
produciendo efectos positivos, como el hecho de que en muchas diócesis se hayan puesto
en marcha programas de pastoral centrados en trasmitir la buena nueva de la salvación”.
Para el Santo Padre, sin embargo, las nuevas iniciativas de evangelización solo producirán
frutos si los que las proponen son personas que creen sinceramente y viven en persona
el mensaje del Evangelio. La evangelización de la juventud ha sido también otro de
los temas que Benedicto XVI ha abordado en su discurso.
“En vuestra nación,
la fe juega un papel importante en la vida de muchos jóvenes, un hecho debido en gran
parte a la paciente labor de la iglesia local para llegar a la juventud en todos los
contextos. Os animo a continuar recordando a los jóvenes que el glamour de este mundo
no satisfará sus naturales deseos de felicidad. Sólo la amistad verdadera con Dios
romperá los lazos de soledad que padece nuestra frágil humanidad y establecerá una
comunión verdadera y duradera con los demás, un vínculo espiritual que despertará
en nosotros el verdadero deseo de servir a las necesidades de aquellos que amamos
en Cristo”.
El Santo Padre ha observado con satisfacción el éxito de las
iniciativas locales de promoción de las numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas.
“Sin embargo – ha precisado - la necesidad de más servidores de Cristo en el país
y fuera de él sigue siendo apremiante. Los informes quinquenales reflejan que en muchas
diócesis el número de sacerdotes y el de las correspondientes parroquias no es suficiente
todavía para satisfacer las necesidades espirituales de la amplia y creciente población
católica”.