Audiencia general: el Papa alienta a perseverar en la oración por la unidad de los
cristianos y a impulsar la caridad, la justicia y la reconciliación en un mundo sin
puntos de referencia claros
Miércoles, 19 ene (RV).- Impulsar la caridad cristiana, la justicia y la reconciliación,
en un mundo que tiene necesidad de nuestro testimonio fraterno en Cristo. Benedicto
XVI ha alentado una vez más, también hoy en su audiencia general, a perseverar en
la oración por la Unidad de los Cristianos. En este segundo día del Octavario de Oración,
el Papa ha reflexionado, en su catequesis, sobre los cuatro pilares del lema de este
año: «Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del
pan y la oración».
“Estos cuatro elementos representan todavía hoy - ha dicho
el Papa- los pilares de la vida de toda la comunidad cristiana y constituyen el fundamento
sólido sobre el cual progresar para construir la unidad visible de la Iglesia. Como
discípulos de Cristo, todos nosotros debemos testimoniar delante del mundo un Dios
único, que se ha revelado y nos habla en Cristo, para que seamos portadores de un
mensaje que oriente e ilumine el camino del hombre de nuestro tiempo, a menudo privado
de puntos de referencia claros y válidos”.
Es por tanto importante, ha señalado
el Pontífice “crecer cada día en el amor recíproco, comprometiéndonos a superar las
barreras que todavía existen entre los cristianos; es importante también sentir que
existe una verdadera unidad interior entre todos aquellos que siguen al Señor; y sobre
todo, es importante recordar que en este camino nos asiste el Señor”.
El Santo
Padre ha expresado su vivo pesar por “la imposibilidad de compartir aún hoy la mesa
eucarística entre los fieles de las Iglesias cristianas”, signo de que “todavía estamos
lejos de aquella unidad por la que Jesús ha rezado”. “Es una dolorosa experiencia
que confiere una dimensión penitencial a nuestra oración, que debe convertirse en
un compromiso más generoso, si cabe, por parte de todos, para que sean eliminados
los obstáculos para la plena comunión”.
Explicando a los fieles el sentido
de los cuatro objetivos de la Semana de Oración para a Unidad de los Cristianos que
la Iglesia celebra hasta el próximo miércoles, 25 de enero, fiesta de la Conversión
de san Pablo Apóstol, el papa ha dicho que “el compromiso social por la caridad y
la justicia es una obligación fundamental de la comunidad cristiana”, indicando en
la vida de la primera comunidad de Jerusalén, como viene narrado en los hechos de
los Apóstoles, el modelo de vida para todos los cristianos.
Este ha sido
el resumen de la catequesis de Benedicto XVI en español, para los peregrinos de nuestra
lengua, presentes en el aula Pablo VI del Vaticano.
Queridos
hermanos y hermanas: Estamos celebrando la Semana de Oración por la Unidad
de los Cristianos, en la cual todos los creyentes en Cristo están invitados a unirse
en plegaria para testimoniar el profundo vínculo que existe entre sí y para invocar
el don de la plena comunión. El tema elegido para este año hace referencia a la experiencia
de la primera comunidad cristiana, tal como se describe en los Hechos de los Apóstoles.
Sus cuatro elementos básicos deben también caracterizar hoy a toda comunidad cristiana,
convirtiéndose en pilares sobre los que construir la unidad de la Iglesia. Partiendo
en primer lugar de la escucha de la enseñanza de los apóstoles, todo esfuerzo por
alcanzar la unidad pasa necesariamente por profundizar en la fidelidad al depositum
fidei trasmitido por los mismos apóstoles. El segundo elemento es la comunión fraterna,
expresión más tangible de la unidad entre los discípulos, en la cual debemos crecer
a pesar de las dificultades que encontremos. El tercer rasgo, la fracción del pan,
en cuanto culmen de la unión con Dios y plenitud de la unidad de los discípulos de
Cristo, nos hace anhelar el día en que todos los cristianos puedan reunirse en torno
a la mesa del Señor, al tiempo que nos invita a esforzarnos para remover los obstáculos
que impiden la plena comunión. Y, por último, la oración, actitud constante de los
discípulos de Cristo, nos abre a la fraternidad que deriva de ser hijos de un único
Padre celestial. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua
española, en particular a los grupos provenientes de España, México y otros países
latinoamericanos. Junto a aquellos que confiesan la fe en Cristo, os invito a implorar
de Dios el don de la unidad, con el fin de que se cumpla para el mundo entero su plan
de salvación y reconciliación. Muchas gracias.
El Santo Padre ha dirigido
asimismo unas palabras de saludo, cariño, cercanía y aliento a los miembros de la
Asociación italiana denominada «Hijos en el paraíso: alas entre cielo y tierra», integrada
por padres que conocen el dolor de la muerte, a menudo trágica, de sus hijos. Exhortándolos
a «no dejarse vencer por la desesperación y la postración, transformando su sufrimiento
en esperanza, como María a los pies de la Cruz», Benedicto XVI ha invitado a los jóvenes
a la prudencia. Y destacando el importante apostolado de los sacerdotes que acompañan
a estas familias en luto, el Papa ha asegurado su entrañable cercanía a estos padres:
«Deseo
recomendar, sobre todo a vosotros, jóvenes, que en la exhuberancia de vuestros años
juveniles, no dejéis de calcular los riesgos y que actuéis en todo momento con prudencia
y sentido de responsabilidad - en especial cuando estáis conduciendo algún vehículo
– para tutelar vuestra vida y la de los demás. Asimismo, deseo, alentar a los sacerdotes
que acompañan espiritualmente a las familias golpeadas por el luto de la pérdida de
uno o más hijos, para que prosigan generosamente este importante servicio. Y, finalmente,
aseguro una especial oración de sufragio por vuestros hijos y por todos los jóvenes
que han perdido la vida. Percibid a vuestro lado su presencia espiritual. Ellos, como
vosotros decís, son ‘alas entre cielo y tierra’».
Luego, en sus acostumbrados
saludos a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Papa ha renovado
su exhortación a rezar por la unidad de los cristianos, contribuyendo a la edificación
de la Iglesia y a su obra evangelizadora.