Encuentro ecuménico en Jerusalén por las victimas del ataque contra los cristianos
de Egipto
Miércoles, 05 ene (RV).- Un encuentro de oración ecuménica por la paz y en apoyo por
los hermanos cristianos perseguidos en Egipto, tuvo lugar ésta mañana en el convento
de San Etienne, en Jerusalén, organizado por el Comité ecuménico de “Sabeel”. El objetivo
del encuentro ha sido hacer memoria de las víctimas del brutal ataque a la iglesia
copta de San Pedro y San Pablo de Alejandría, rezar por la comunidad cristiana en
Egipto y por el fin del extremismo religioso y la violencia.
Esta iniciativa
fue precedida por una misa de réquiem celebrada, ayer, en la iglesia del Patriarcado
copto-ortodoxo de Jerusalén, por las víctimas del atentado en Egipto. Durante dicha
celebración, a la cual asistieron numerosos líderes religiosos cristianos, fueron
leídos los mensajes de solidaridad del presidente palestino Mahmoud Abbas y del Gran
Mufti de Jerusalén. Entre los presentas estaban también representantes judíos y musulmanes.
El
rechazo de la comunidad internacional y de los diferentes líderes religiosos del mundo
por el atentado contra la iglesia copta de Alejandría, poco después del fin de año,
continúa siendo noticia de primera página. Las autoridades han informado que se han
elevado a 23 las victimas del atentado del pasado 31 de diciembre y se presume que
podrían ser más debido a la grave condición de algunos heridos. Hasta el momento,
el ataque no ha sido reivindicado, aunque las sospechas siguen pesando sobre alguna
facción de la red terrorista Al Qaeda.
Sobre el trágico ataque en Egipto,
nuestra colega del programa francés Romilda Ferrauto, conversó con el cardenal Jean
Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, quien
reflexiona sobre la bajeza de esa acción y la injustificable perversión de la religión.
“La palabra que
me vino a la mente fue infamia porque nos encontramos frente a una perversión de la
religión. Ninguna religión puede justificar un modo tal de proceder, en el sentido
que éste va a tocar a hombres y mujeres que están rezando y que por lo tanto expresan
la dimensión más noble de la persona humana. Esta ha sido mi primera reacción. Después,
creo que se deberían evitar dos cosas: la cólera, que es siempre una mala consejera,
y la indiferencia. Esto es lo que dijo Juan Pablo II en ocasión de la crisis de los
Balcanes: “no tenemos derecho a ser indiferentes”. Entonces, ¿cuál es la solución?
La solución es el diálogo. Se dice con frecuencia: “¡Miren adonde nos ha llevado vuestro
diálogo!¡Estos son los resultados!”. Nosotros nos encontramos frente a las fuerzas
del mal: pero el mal se vence con el bien. Esto significa que el diálogo debe ser
intensificado, como lo dijo el Papa en su último mensaje para la jornada Mundial de
la Paz, citando a Pablo VI: “Es necesario, ante todo, dar a la paz armas diferentes
a aquellas destinadas a matar y exterminar a la humanidad”. Son necesarias, sobre
todo, las armas morales, que dan fuerza y prestigio al derecho internacional, comenzando
por el cumplimiento de los acuerdos. Por lo tanto, tratemos de poner en práctica todas
las bellas declaraciones comunes que hemos hecho.