Encíclica “Deus caritas est” inspira el congreso internacional de Niños Cantores
Martes, 28 dic (RV) El Santo Padre Benedicto XVI recibirá, el próximo jueves, en audiencia,
a la Federación Internacional de los Niños Cantores, en el Aula Pablo VI del Vaticano.
De hecho, a partir de hoy y hasta el próximo 1° de enero, esta Federación Internacional
de los Niños de Coro celebra su 36° Congreso internacional, en el Aula Pablo VI del
Vaticano, presidido por el cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone.
El
lema elegido para esta cita es “Deus caritas est”, inspirado en la encíclica del Santo
Padre Benedicto XVI, lo que pone de relieve la finalidad primaria de este organismo,
es decir, la de llevar al mundo el mensaje del amor de Dios y un anuncio gozoso de
paz, a través del canto y el testimonio de todos sus miembros. Después de la ceremonia
de apertura, con la entrega oficial a la Federación de una reliquia de San Domingo
Savio, ofrecida por la Congregación Salesiana, el programa de este congreso prevé,
además de la audiencia pontificia, la participación en la celebración de la Capilla
Papal, en la Basílica de San Pedro, del próximo 1° de enero, Solemnidad de la Santísima
Virgen María Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz.
Esta tarde, con la
celebración de la Liturgia de la Palabra, se inauguraron los trabajos de la Federación
Internacional de los Niños Cantores, presididos por el presidente de la Federación
Mons. Robert Tyrala. Su saludo de bienvenida estuvo seguido por la procesión con
las reliquias de Santo Domingo Savio, patrono de la Federación Internacional de los
Niños Cantores, encabezada por el Cardenal Tarcisio Bertone Secretario de Estado y
miembro de la Congregación Salesiana. Tras la breve presentación de la biografía del
Santo, y la entrega de sus reliquias al presidente de la Federación, tuvo lugar la
Liturgia de la Palabra, seguida por la homilía del Secretario de Estado vaticano.
Al dirigirse a los queridos jóvenes amigos, el Cardenal Bertone ha perfilado
la noble tarea que los une a sus participantes en el canto, así como el gozo y satisfacción
personal por escucharlos, a la vez que transmitió los saludos del Papa.
Durante estos
días se reunirán en las basílicas e iglesias romanas los miembros de una institución
que hunde sus raíces en la tradición litúrgica de la Iglesia de solemnizar las celebraciones
mediante el canto de pequeños y grandes, como aspecto relevante en el servicio divino.
Se trata de una tradición que fue disciplinada en el siglo VI, por el Papa San Gregorio
Magno, musicólogo y reformador del canto litúrgico. De hecho, al mismo Pontífice
se debe la reorganización de la “Schola cantorum” y la presencia de los “Niños cantores”
en las liturgias.
Asimismo, cabe destacar que con el regreso de los Papas
de Aviñón, donde se encontraban cantores flamencos activos en los ambientes de la
corte de Francia y de los Países Bajos, comenzaron a formarse las Capillas Musicales
Romanas. Entre ellas la Sixtina, querida por el Papa Sixto IV para el servicio papal;
la Capilla Julia, que toma el nombre del Papa Julio II; la Liberiana, para el servicio
litúrgico en la basílica romana de Santa María la Mayor y la Capilla Pía Lateranense,
heredera de la tradición musical ligada a la Basílica y Catedral de Roma desde sus
inicios.
Recordamos que en los primeros años del Siglo XX, el Motu Proprio
de San Pío X sobre la música sacra “Tra le sollecitudini” –del 22 de noviembre de
1903- se detenía a considerar la participación en las celebraciones de los coros de
niños “según la antiquísima costumbre de la Iglesia”. Por otra parte, siguiendo las
indicaciones de este documento papal, surgió en Francia, en el año 1907, la asociación
de los “Pequeños Cantores de la cruz de madera”, animadores de liturgias en diversos
países del mundo y mensajeros de paz. También en Francia, en los últimos años de la
segunda guerra mundial, se instituyó por iniciativa del cardenal Emmanuel Suhard,
la Federación Internacional de los Niños Cantores, que ofreció su primer concierto
el 11 de noviembre de 1944 en la iglesia parisina de San Eustaquio.
Esta
federación, reconocida oficialmente como movimiento eclesial en 1965, se encuentra
desde 1996, bajo la autoridad del Pontificio Consejo para los Laicos. Mientras los
cambios aportados a los Estatutos después del Concilio Vaticano II permitieron la
admisión de coros femeninos, que se sumaron a los de los niños y muchachos. En la
actualidad, el organismo internacional está compuesto por algunos centenares de formaciones,
cuya tarea es la animación litúrgica y el testimonio de los valores cristianos en
la vida personal, en la escuela de su Patrono, San Domingo Savio, el primer santo
salesiano, niño de impresionante madurez y firmeza de propósitos, con una “regla”
de vida precisa: anteponer la muerte al pecado; vivir diariamente la amistad con Jesús
y María; obedecer a los superiores, acoger a todos y pacificar las discordias.
Actualmente,
la Federación Internacional de los Niños Cantores está integrada por 24 realidades
nacionales afiliadas, mientras otras seis se constituirán próximamente, y sus coros
están presentes en otros diez países, con casi 25 mil coristas de 7 a 17 ó 20 años
de edad, bajo la presidencia de Mons. Robert Tyrała, director del Instituto de Música
Sacra de la Pontificia Universidad Juan Pablo II de Cracovia.