2010-12-22 13:24:22

El cardenal Bertone visita el Hospital pediátrico Bambino Gesú de Roma


Martes, 21 dic (RV).- Ha sido “una gran alegría” para el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, visitar esta mañana el Hospital pediátrico Bambino Gesú de Roma, donde ha sido portador de las felicitaciones de Navidad. En las palabras que ha dirigido a todo el equipo médico y al personal sanitario, el purpurado ha señalado que “hasta el nombre del Hospital evoca la dulce figura de Dios hecho niño” y que por ello “es más espontáneo celebrar aquí una Navidad auténtica”, de hecho, ha dicho, “en la sonrisa de los niños y en sus rostros marcados por el sufrimiento, es más fácil ver el rostro radiante del Niño de Belén, llegado para aliviar el sufrimiento de la humanidad y llevar a todos el don de la salvación y de la paz”.

El cardenal Bertone ha reiterado la importancia del trabajo que realiza este centro sanitario infantil, no sólo en la cirugía pionera, sino también en el trabajo diario de cada día: “la hospitalización, la atención, el cuidado diligente y amoroso para los pequeños pacientes”. A todos, el cardenal ha expresado su agradecimiento, especialmente por la solidaridad mostrada durante el incidente ocurrido a principios de noviembre, cuando se incendió la unidad de cuidados intensivos del Hospital “y la buena disposición del rescate” hizo que rápidamente se domaran las llamas, evitando el incendio con un balance sólo de 40 niños intoxicados.

“Todo se vuelve menos difícil para los que se inspiran en los principios evangélicos, en la certeza de que en todos los pacientes, sobre todo si son pequeños e indefensos, Jesús mismo se identifica”, ha afirmado el Secretario de Estado. Jesús nació mientras María y José, estaban lejos de casa. Nació en la precariedad de un establo, en la pobreza, pero también en la felicidad luminosa de sus padres. “La reconstrucción popular del belén, -ha afirmado el purpurado- nacida de la contemplación del misterio de la Navidad, es sugestiva y bella. No hay nada en la cueva donde nace Jesús, pero allí está toda la humanidad, en María y José, y el universo entero, en los animales que están allí para expresar a toda la creación”.

“Jesús nació para ser visto”, como los pastores que “vienen a ver el rostro del Señor y contemplan a Dios en la fragilidad humana”, “contemplan el esplendor de la divinidad en la privación absoluta y regresan a sus rebaños, alabando y dando gracias a Dios”. El cardenal Bertone ha dicho que “son precisamente estas condiciones las que no pueden dejar de conmover nuestro espíritu y nuestro corazón, en esta Navidad de 2010, en la que el Verbo de Dios, y sigue necesitando del amor materno, de un calor que lo custodie, lo proteja y lo defienda”. “Quien acoge a Cristo debe acogerlo así. No permitamos que nuestra sociedad, fulgurada por las luces en las casas y en las plazas, pero que no consigue contemplar a Cristo, Luz del Mundo, nos arrebate la alegría que viene de la verdadera celebración del nacimiento de Cristo.







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