El Papa participa espiritualmente en la alegría de la comunidad lauretana por la celebración
del X aniversario del Centro Juvenil Juan Pablo II
Martes, 7 dic (RV).- Benedicto XVI participa espiritualmente en la alegría de la comunidad
lauretana por la celebración del X aniversario de la creación del Centro Juvenil Juan
Pablo II, cerca de Loreto, animándolos a continuar en su compromiso en la pastoral
juvenil y dándole gracias al Señor por la valiosa actividad del centro, que en este
decenio, se ha convertido en un punto de referencia para múltiples e importantes iniciativas
que han visto como protagonistas a los jóvenes.
El mensaje, firmado por el
cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone, en nombre del Papa, fue leído esta
tarde por el arzobispo prelado de Loreto y delegado Pontificio del santuario, Monseñor
Giovanni Tonucci durante la celebración de este aniversario en la sede del centro
que se encuentra en Piana de Montorso, cercano al Santuario de Loreto.
En
la misiva se recuerda que durante el Encuentro Internacional Juvenil que tuvo lugar
en 1995, en Loreto, el Papa Juan Pablo II se dirigió a los miles de jóvenes provenientes
de toda Europa indicándoles que la Santa Casa, de la Familia de Nazaret, era su casa.
Fue de esa experiencia que nació la idea de crear un centro permanente de acogida
para los numerosos jóvenes peregrinos que visitan el Santuario, pero sobretodo, se
proponía ser, bajo la amorosa mirada de la Madre de Dios, un lugar de encuentro y
de diálogo entre la comunidad cristiana y las nuevas generaciones.
“Cuantos
se dirigen en peregrinación al Santuario de la Santa Casa –se lee en el mensaje- llegan
cargados de su propio bagaje existencial para presentar a la Virgen lauretana las
propias aspiraciones, las esperanzas de bien, y también, las desilusiones y las inquietudes.
Depositan sus corazones a los pies de maría Santísima y esperan de Ella una respuesta”.
Entre todos estos fieles, se encuentran muchos jóvenes que encuentran hospitalidad
en el Centro Juan Pablo II donde pueden vivir la placentera experiencia de no estar
solos y de poder compartir con los demás en un verdadero evento de gracia.
En
el mensaje del Papa se reconoce que a través de estos encuentros muchos jóvenes han
podido cumplir un itinerario de maduración humana y espiritual, especialmente en
un momento de la existencia, que como bien sabemos, comporta turbaciones y momentos
difíciles de superar, como la búsqueda del sentido de la vida y las necesidad de profundizar
y hacer crecer las motivaciones de la fe.
La misiva concluye expresando el
deseo de que cada joven pueda encontrar personalmente a Jesús y ver en el Crucifijo
Viviente la verdadera paz. El Santo Padre confía el Centro Juvenil Juan Pablo II
a la intercesión de la Santa Virgen de Loreto e imparte, a todos los que allí trabajan
y cuantos lo visitan, su bendición apostólica.