2010-11-15 18:13:10

Benedicto XVI insta a no considerar el cuerpo como un instrumento que potenciar a toda costa, incluso a través de medios no lícitos


Lunes, 15 nov (RV).- Al recibir a un numeroso grupo de maestros de esquí de Italia, acompañados por el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Benedicto XVI ha expresado su profunda gratitud al jefe de la diplomacia de este país por la operación humanitaria, que organizó prontamente, para acoger a numerosos católicos, que resultaron heridos en el gravísimo atentado perpetrado, el pasado 31 de octubre, en la catedral siro-católica de Bagdad.

En efecto, gracias a esta iniciativa impulsada por el cardenal Tarcisio Bertone, el pasado viernes llegaron a Roma 26 heridos provenientes de la capital iraquí. Tres niños, 16 mujeres y 7 hombres, que fueron internados en el Hospital romano ‘Agostino Gemelli’.

Luego, el Santo Padre ha reflexionado en su discurso sobre el valor del deporte y de la tutela del ambiente natural. Tras señalar que «la actividad deportiva es uno de los medios que contribuyen al desarrollo armónico de la persona y a su perfeccionamiento moral» (cfr Concilio Vaticano II, Declaración Gravissimun educationis, 4), el Papa se ha referido también al compromiso de los maestros de esquí en su tarea de promover algunas capacidades ligadas al deporte. Como «la constancia en perseguir los objetivos, el respeto de las reglas, la tenacidad en afrontar y superar las dificultades»:

RealAudioMP3 «El deporte practicado con pasión y sentido ético, además de adiestrarnos a un sano agonismo, se vuelve escuela para aprender y profundizar valores humanos y cristianos. En efecto, enseña a armonizar dimensiones importantes de la persona humana favoreciendo su desarrollo integral. Mediante la actividad deportiva, la persona comprende mejor que su cuerpo no puede ser considerado como un objeto, sino que, por medio de la corporeidad, se expresa a sí misma y entra en relación con los demás. De este modo, el equilibrio entre la dimensión física y la espiritual lleva a no idolatrar el cuerpo, sino a respetarlo. A no hacer del cuerpo un instrumento que se quiere potenciar a toda costa, llegando a utilizar incluso medios no lícitos». 
En lo que respecta al ambiente de montaña - en el que se practica el esquí, ambiente que nos ayuda a percibir nuestra pequeñez como criaturas y nos da la capacidad de interrogarnos sobre el sentido de la creación, elevando nuestra mira hacia el Creador – Benedicto XVI ha hecho hincapié en la importancia de contemplar con el espíritu y el corazón:

RealAudioMP3 «Contemplando la creación, el hombre reconoce la grandeza de Dios, manantial último del propio ser y del universo. No se debe olvidar que la relación con la creación constituye un elemento importante para el desarrollo de la identidad humana y que ni siquiera el pecado del hombre ha eliminado su deber de ser custodio del mundo. También la actividad deportiva puede ser concebida y vivida como parte de esta responsabilidad. Los progresos en ámbito científico y tecnológico le dan al hombre la posibilidad de intervenir y de manipular la naturaleza, pero el riesgo, siempre al asecho, es el de quererse sustituir con el Creador y de reducir la creación casi a un producto de uso y consumo. Entonces ¿cómo actuar de forma justa? Seguramente con un profundo sentimiento de gratitud y reconocimiento, pero también de responsabilidad en conservar y cultivar la obra de Dios».

A la luz de estas reflexiones, Benedicto XVI ha concluido su discurso reiterando la importancia de la colaboración y de que los ambientes del deporte, las familias, la escuela y todas las realidades educativas aúnen sus anhelos y esfuerzos al servicio de una sana formación deportiva, de la educación y del respeto del ambiente. Sin olvidar la importancia también del testimonio de los fieles laicos en la justa centralidad de los momentos fundamentales para la vida de la fe, en especial, la santificación del domingo, como día del Señor.







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