Benedicto XVI recuerda la beatificación de Szilard Bogdánffy y pide para que su testimonio
consuele a cuantos también hoy son perseguidos por causa del Evangelio
Domingo, 31 oct (RV).- Después del rezo mariano y del responso por los difuntos, el
Santo Padre recordó la beatificación del Obispo y mártir rumano Szilard Bogdánffy:
«Queridos
amigos, ayer, en la catedral de Oradea Mare en Rumania, el Cardenal Peter Erdö proclamó
beato a Szilard Bogdánffy, Obispo y mártir. En 1949, cuando tenía 38 años, fue consagrado
Obispo en secreto y luego arrestado por el régimen comunista de su país, Rumania,
acusado de conspiración. Después de cuatro años de sufrimientos y humillaciones, murió
en la cárcel ¡Demos gracias a Dios por este heroico Pastor de la Iglesia, que siguió
al Cordero hasta el fin! Que su testimonio consuele a cuantos también hoy son perseguidos
por causa del Evangelio»
«Cuando
nos sentimos perdidos en el mundo y nos afecta el mal - Jesús - en el que se revela
la misericordia de Dios, nos vuelve a encontrar, nos transforma con el poder de la
gracia y nos conduce a la casa del Padre. Que esta certeza nos llene de alegría y
de paz», dijo en polaco Benedicto XVI, que, como es tradicional, saludó a los numerosos
peregrinos, de tantas partes del mundo, que acudieron a la Plaza de San Pedro para
rezar con él. También en francés, inglés, alemán, español y portugués, el Papa invitó
a dejarnos abrazar por el amor misericordioso de Dios, amparados por la Virgen María,
Madre de misericordia. Éstas eran las palabras del Santo Padre para los peregrinos
de nuestra lengua:
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española.
Os animo a salir al encuentro de Jesús que, como nos ha enseñado el evangelio de este
domingo con el ejemplo de Zaqueo, quiere llenarnos de alegría y darnos la salvación.
Delante de Dios no hay nadie demasiado pequeño. Todos podemos acoger al Señor en nuestras
vidas y dejarnos transformar por él. Que la Virgen María nos ayude a intensificar
nuestro amor a Dios. Feliz domingo