2010-10-17 16:18:37

Benedicto XVI, en el concierto ofrecido en su honor, recordó que Giuseppe Verdi dedicó su existencia escrutando el corazón del hombre; en sus obras puso en evidencia el drama de la condición humana


Domingo, 17 oct (RV).- Benedicto XVI asistió ayer por la tarde en el Aula Pablo VI a un concierto en su honor, en el que participaron también los Padres sinodales, y que le fue ofrecido por el director de Orquesta y compositor Enoch zu Guttenberg. Se interpretó la Misa de Requiem que Giuseppe Verdi compuso en 1873 en honor a Alessandro Manzoni, fallecido ese mismo año. La obra fue dirigida por el mismo Guttemberg e interpretada por el Coro de Neubeuern y la orquesta Klang Verwaltung.

Luego de saludar a los presentes, el Papa recordó que Giuseppe Verdi dedicó su existencia escrutando el corazón del hombre; en sus obras puso en evidencia el drama de la condición humana, a través de la música, las historias representadas y los distintos personajes. Su teatro - dijo el Santo Padre- está poblado de infelices, de perseguidos, de víctimas. En tantas paginas de la Misa de Requiem resuena esta visión trágica de los destinos humanos: se toca la realidad ineluctable de la muerte y la cuestión fundamental del mundo trascendente, y Verdi, libre de los elementos de la escena, representa, con solo las palabras de la Liturgia católica y con la música, la gama de los sentimientos humanos frente al final de la vida: la angustia del hombre ante la propia frágil naturaleza y el sentido de rebelión ante la muerte.

“Esta música –terminó diciendo el Papa- invita a reflexionar sobre la realidad última, con todos los estados de animo del corazón humano, en una serie de contrastes de formas, tonos, coloraturas, en los que se alternan si alternan momentos dramáticos con momentos melódicos, marcados por la esperanza.







All the contents on this site are copyrighted ©.