Sínodo: relación del Secretario General, Mons. Nicola Eterovic
Lunes, 11 oct (RV).- En esta primera congregación general, renovando en nombre de
todos los padres sinodales su más cordial saludo al Papa, el Secretario General del
Sínodo de los Obispos presentó la relación anterior a la discusión, que subdividió
en seis partes: Apertura ideal de la Asamblea Especial en Chipre - durante la Visita
Apostólica de Benedicto XVI del 4 al 7 de junio de este año - ; Algunos datos estadísticos;
Convocación de la Asamblea Especial para Oriente Medio; Preparación de la Asamblea
Especial para Oriente Medio; Observaciones de carácter metodológico y Conclusión.
Crónica del padre David Gutiérrez:
Los trabajos de
la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos comenzaron con la
presentación de la Relación del Secretario General, Mons. Nicola Eterovic. En sus
palabras Mons. Eterovic hizo un breve recuento de la historia de la Salvación a partir
del llamado de Abraham hasta la vida de Nuestro Señor Jesucristo, mencionando los
aspectos más relevantes de su ministerio público y poniendo de relieve cómo existe
un único hilo conductor de la historia como lo señala el apóstol Juan en su evangelio.
El secretario general del Sínodo de los Obispos indicó por qué partía de estas alusiones
bíblicas.
De estas breves alusiones al Antiguo y al Nuevo Testamento, resulta
evidente la importancia de la geografía bíblica de Oriente Medio para todos los cristianos
y, en particular, para quienes viven en Tierra Santa, tierra que Jesús santificó con
su nacimiento en Belén, con su huida a Egipto, con su vida en Nazaret, con su predicación
en Galilea, Samaria, Judea, acompañada de signos y milagros y, sobre todo, con su
pasión, muerte y resurrección, en la ciudad santa de Jerusalén. El recuerdo de la
historia de la salvación, que tuvo lugar en Oriente Medio, sigue estando vivo en los
corazones de los habitantes de esta región y, en particular, de los cristianos. Estos
son la continuación de los pueblos de la Biblia. Gracias a ellos, los acontecimientos
que ocurrieron hace tantos siglos, permanecen vivos no sólo por la fuerza de la Palabra
de Dios, siempre viva y eficaz (cfr. Hb 4, 12), sino también por el vínculo vital
con la tierra bendecida por la especial presencia de Dios que se reveló en la plenitud
de los tiempos (cfr. Hb 9, 26) en su Hijo Unigénito Jesucristo. Continuando
su relation, el Secretario General del Sínodo de los Obispos realizo un breve recuento
del proceso de preparación de este Sínodo, recordando los tres viajes que ha realizado
el Papa Benedicto XVI al Oriente Medio en especial el de este ano a Chipre donde entregó
el Instrumentum laboris.
Con ocasión de la entrega del Instrumentum laboris,
Vuestra Santidad recordó el lema de la Asamblea sinodal: “La multitud de los creyentes
tenía un solo corazón y una sola alma” (Hch 4, 32), subrayando la actualidad de la
comunión y del testimonio para la vida cristiana. También indicó la finalidad de la
presente Asamblea en dos puntos: 1) “profundizar los vínculos de comunión entre los
miembros de vuestras Iglesias locales, así como entre esas mismas Iglesias y con la
Iglesia universal” y 2) “animaros en el testimonio que dais de vuestra fe en Cristo,
en los países donde esta fe nació y creció” [2]. Además de dichos fines principales,
existen también otras razones por las que la Asamblea Especial para Oriente Medio
ha sido convocada. Esta representa la ocasión propicia “para los cristianos del resto
del mundo de ofrecer apoyo espiritual y solidaridad a sus hermanos y hermanas de Oriente
Medio” [3], sobre todo hacia aquellos que sufren grandes pruebas a causa de la difícil
situación actual de la región.
Después de ofrecer datos estadísticos de
la presencia cristiana en el Oriente Medio, que representa un 5 por ciento del total
de habitantes, Mons. Eterovic se refirió a los aspectos metodológicos del Sínodo,
a como se desarrollará, e hizo un énfasis especial en el papel de los padres sinodales.
El
Sínodo de los Obispos es el lugar privilegiado de la comunión episcopal. Con ocasión
del mismo, los Obispos consolidan entre ellos y con el romano Pontífice los vínculos
de comunión efectiva y afectiva. No se trata solamente de un sentimiento, por muy
noble que sea. Es una realidad eclesial que exige asidua presencia, paciente escucha,
gran disponibilidad, atención al prójimo, consideración por las necesidades del otro,
colaboración con los hermanos, sacrificio orientado al bien de todos. Tengo la seguridad
de que con este espíritu de servicio eclesial, cada Padre sinodal estará dispuesto
a aceptar y cumplir el encargo que le será confiado, por elección, por designación
o por nombramiento, ofreciendo la propia aportación para el éxito de la Asamblea sinodal.
Mons.
Nicola Eterovic, Secretario General del Sínodo de los Obispos finalizó sus palabras
recordando que el anuncio de la Buena Nueva, el evangelio presuponía dos dimensiones
especiales: la comunión y el testimonio. Auspicia a los padres sinodales que al regreso
a sus lugares de proveniencia puedan glorificar a Dios por un renovado sentido de
comunión y por un nuevo vigor en el testimonio cristiano.
Desde el aula nueva
del Sínodo en el Vaticano, David Gutierrez