El Papa se reúne con un grupo de profesionales y voluntarios dedicados a la protección
de niños y jóvenes en ambientes eclesiásticos y deplora de nuevo los casos de abusos
sexuales
Sábado, 18 sep (RV).- Tras su encuentro con los ancianos de la residencia san Pedro
de Londres, Bendicto XVI se ha reunido con un grupo de profesionales y voluntarios
dedicados a la protección de niños y jóvenes en los ambientes eclesiásticos. El Santo
Padre ha considerado “deplorable que, en neta contradicción con la larga tradición
de la Iglesia de cuidar a los niños, éstos hayan sufrido abusos y malos tratos por
parte de algunos sacerdotes y religiosos”.
En su breve discurso el Pontífice
se ha referido a la concienciación general de la necesidad de de proteger a los niños,
y vosotros –les ha dicho- sois una parte importante de la respuesta de amplio alcance
que la Iglesia está dando a este problema”.
TEXTO COMPLETO Queridos
amigos Me alegra tener la oportunidad de saludaros como representantes
de tantos profesionales y voluntarios responsables de la protección de los niños en
ámbitos eclesiales. La Iglesia tiene una larga tradición de cuidar a los niños desde
su más temprana edad hasta la madurez, siguiendo el ejemplo del afecto de Cristo,
que bendijo a los niños que le presentaban, y que enseñó a sus discípulos que, de
quienes son como aquellos, es el Reino de los Cielos (cf. Mc 10,13-16). Vuestro
trabajo, realizado en el marco de las recomendaciones formuladas en primer lugar por
el Informe Nolan y sucesivamente por la Comisión Cumberlege, ha brindado una contribución
vital a la promoción de ambientes seguros para los jóvenes. Esto ayuda a garantizar
que las medidas de prevención adoptadas sean eficaces, que se mantengan con atención,
y que todas las denuncias de abuso se traten con rapidez y justicia. En nombre de
los muchos niños a quienes servís y de sus padres, permitidme que os dé las gracias
por el buen trabajo que habéis realizado y que seguís realizando en este campo. Es
deplorable que, en neta contradicción con la larga tradición de la Iglesia de cuidar
a los niños, éstos hayan sufrido abusos y malos tratos por parte de algunos sacerdotes
y religiosos. Todos nos hemos concienciado mucho más de la necesidad de proteger a
los niños, y vosotros sois una parte importante de la respuesta de amplio alcance
que la Iglesia está dando a este problema. Aunque nunca podremos estar satisfechos
del todo, el crédito se debe dar cuando es merecido: hay que reconocer los esfuerzos
de la Iglesia en este país y en otros lugares, especialmente en los últimos diez años,
para garantizar la seguridad de niños y jóvenes y para mostrarles respeto a medida
que se encaminan a la madurez. Rezo para que vuestro generoso servicio ayude a reforzar
un clima de confianza y renovado compromiso con el bienestar de los niños, que son
un don preciosísimo de Dios. Que Dios haga fecunda vuestra labor y derrame
sus bendiciones sobre vosotros.