Benedicto XVI recuerda a los obispos brasileños que el diálogo entre los cristianos
es un imperativo actual y una opción irreversible de la Iglesia
Viernes, 10 sep (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana a 28 obispos brasileños
de la Región nordeste III, a los que ha dirigido un discurso al final de su Visita
ad limina. El Papa, recordando la acción evangelizadora de la Iglesia que lleva ya
cinco siglos en estas tierras, ha dicho que ésta “continúa siendo fundamental en la
constitución de la identidad del pueblo brasileño, caracterizado por la convivencia
armónica entre personas provenientes de distintas regiones y culturas”.
Pero
aunque la fe católica ha moldeado el corazón y el espíritu de brasileños, hoy se observa,
añade el Papa, una creciente influencia de nuevos elementos en la sociedad que, décadas
atrás, no existían. Este hecho provoca el alejamiento y abandono de muchos católicos
de la vida eclesial y de la misma Iglesia, mientras en el panorama brasileño se está
asistiendo a la rápida difusión de comunidades evangélicas y neo pentecostales.
En
cierto sentido las razones que están en la raíz del éxito de estos grupos, ha explicado
el Pontífice, son una señal de la difundida sed de Dios entre vuestro pueblo, y es
también indicio de una evangelización, a nivel personal, a veces superficial; de hecho,
los bautizados no suficientemente evangelizados, son fácilmente influenciables, pues
poseen una fe frágil y muchas veces basada en una devoción ingenua, si bien conservan
una religiosidad natural.
“Ante este cuadro emerge, por un lado, la clara necesidad
que la Iglesia católica en Brasil se empeñe en una nueva evangelización, sin ahorrar
esfuerzos en la búsqueda de los católicos alejados, así como de las personas que conocen
poco o nada el mensaje evangélico, conduciéndolas a un encuentro personal con Jesucristo,
vivo y operante en su Iglesia. Por otro lado, con el crecimiento de nuevos grupos
que dicen ser seguidores de Cristo, si bien divididos en diversas comunidades y confesiones,
se hace más imperioso que nunca, por parte de los pastores católicos, el compromiso
de establecer “puentes de contacto” a través de un sano diálogo ecuménico en la verdad”.
Como
ha explicado Benedicto XVI no son pocos los obstáculos que estos pastores brasileños
tienen por delante ante la búsqueda de la unidad de los cristianos.
“Semejante
esfuerzo es necesario, antes que cualquier otra cosa, porque la división entre los
cristianos está en contraste con la voluntad del Señor de que “todos sean uno”. Además
de esto, la falta de unidad es causa de escándalo, que termina minando la credibilidad
del mensaje cristiano proclamado en la sociedad. Y hoy, su proclamación es tal vez
más necesaria de lo que era hace algunos años, porque como demuestran vuestras relaciones,
incluso en las ciudades pequeñas del interior de Brasil, se observa una creciente
influencia negativa del relativismo intelectual y moral en la vida de las personas”.
El
Papa ha insistido en que se debe rechazar una visión errónea del ecumenismo, que induce
a cierto indiferentismo doctrinal que trata de nivelar, en un irenismo acrítico, todas
las “opiniones” en una especie de relativismo eclesiológico. Y ha destacado que paralelamente
a esto se encuentra el desafío de la multiplicación incesante de nuevos grupos cristianos,
algunos de los cuales, mediante un proselitismo agresivo, hacen que el ecumenismo
sea muy diferenciado y confuso.
En este contexto, el Pontífice ha recordado
lo que había afirmado en 2007, en la Catedral de Sao Paulo, durante su encuentro con
los obispos de Brasil acerca de la indispensable buena formación histórica y doctrinal,
que habilite al necesario discernimiento, y ayude a entender la identidad específica
de cada una de las comunidades, así como los elementos que dividen y los que ayudan
en el camino hacia la construcción de la unidad.