Obispos guatemaltecos denuncian la debilidad democrática e impunidad en el país
Martes, 31 ago (RV).- Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, al concluir
una Asamblea Plenaria Extraordinaria, celebrada a finales de la semana pasada, hicieron
público un comunicado en el que manifiestan sus preocupaciones por la situación en
el país, desde la tormenta Ágata, la violencia generalizada y la debilidad democrática
del país. En cuanto a la tormenta Ágata que ha causado gran destrucción de la infraestructura
vial y la pérdida de cosechas, los obispos advierten sobre la carestía que se avecina
en los próximos meses y denuncian la desviación de recursos que no han llegado a las
comunidades afectadas.
Nuevamente los obispos guatemaltecos plantean su preocupación
por la creciente violencia. “Hay una relación estrecha entre la delincuencia común,
la pobreza y el crimen organizado- advierten los prelados- recordando que las “maras”,
grupos de jóvenes fuertemente armados, jerárquicamente organizados y sin ningún límite
moral están apoyadas por la corrupción de algunos miembros de la Policía Nacional,
jefes, oficiales y efectivos, que acuerdan y respetan “zonas libres” en la que actúan
impunemente. No obstante, los obispos se oponen a la intención de algunos de promover
la pena de muerte como una solución.
El comunicado del episcopado guatemalteco
resalta la falta de aplicación de una justicia real e imparcial que contribuye a aumentar
la descomposición social y a crear una inestabilidad política. Igualmente, denuncian
la falta de apego a la verdad que se expande por toda la sociedad, desde los ambientes
políticos e institucionales hasta los medios de comunicación. Los prelados subrayan
la debilidad de la democracia del país que margina a la mayoría de la población del
derecho a una vida digna y privilegia el beneficio de las minorías que tradicionalmente
han detentado el poder económico. “Estamos seguros que la idolatría del dinero que
ha corrompido nuestro país – denuncian los obispos- generando tantos males y acabado
con tantas vidas humanas y exhortan a creyentes y no creyentes a esforzarse para
ofrecer a los jóvenes, que son mayoría en nuestro país, un futuro mejor.
Al
concluir, los obispos de Guatemala invitan a celebrare, el primer domingo de Septiembre,
la jornada nacional de oración y ayuda por los hermanos migrantes. “Ante la desgracia
del aumento de deportaciones – afirman- los migrantes necesitan nuestro apoyo y ayuda.
Los exhortamos a vivir en cada diócesis y vicariato y en la prelatura de Esquipulas
esa jornada de oración. Seamos generosos y ayudemos materialmente a los esfuerzos
que la Conferencia Episcopal de Guatemala hace en favor de los inmigrantes”.