El Papa alienta a sus ex alumnos del 'Ratzinger Schülerkreis', a permanecer a la escucha
del Señor, a no vivir a la manera de los paganos y a seguir el estilo de Dios
Martes, 31 ago (RV).- La reunión de Benedicto XVI con sus ex alumnos del Ratzinger
Schülerkreis, concluyó, ayer, en Castel Gandolfo. El encuentro que inició el pasado
27 bajo el tema “La Hermenéutica del Concilio Vaticano II” reunió a 40 exalumnos,
quienes además de los trabajos de estudio compartieron con el Santo Padre, momentos
de oración y reflexión. El domingo, el Papa presidió la Santa Misa en el centro de
congresos Mariápolis de Castel Gandolfo.
Reflexionando sobre el Evangelio dominical,
Benedicto XVI introdujo la celebración Eucarística y alentó a permanecer a la escucha
del Señor, a no vivir ‘a la manera de los paganos’ y a seguir ‘el estilo de Dios’: «Queridos
amigos, en el Evangelio de hoy el Señor nos señala que, en realidad, seguimos viviendo
como los paganos: invitamos por reciprocidad sólo al que nos volverá a invitar, donamos
a quien nos donará. Pero el estilo de Dios es distinto: lo experimentamos en la Santa
Eucaristía. Él nos invita a su mesa. A nosotros que somos lisiados, ciegos y sordos,
que no tenemos nada que darle. Durante la Santa Misa, dejémonos mover sobre todo por
la gratitud por el hecho de que Dios existe, que es como es, que es como es Jesucristo.
Por el hecho de que, a pesar de que no tenemos nada para darle y estamos llenos de
culpas, Él nos invita a su mesa, quiere estar con nosotros. Pero aprendamos también
a sentirnos culpables por lo poco que nos apartamos del estilo pagano, porque vivimos
muy poco la novedad, el estilo de Dios. Y por ello comencemos la Santa Misa pidiendo
perdón: un perdón que nos cambie, que nos haga que nos volvamos más parecidos a Dios,
a su imagen y semejanza»
El primer encuentro
del profesor Ratzinger con sus antiguos alumnos tuvo lugar en marzo de 1977, cuando
fue nombrado por Pablo VI arzobispo de Munich y Frisinga. Desde entonces la cita se
repite todos los años, incluso después de su elección al trono pontificio. Para conocer
el origen y objetivos de estos encuentros, nuestros colegas de la sección alemana
preguntaron a uno de ellos, el Obispo auxiliar Hans-Jochen Jaschke, ¿cómo era el profesor
Ratzinger? ¿Cómo lo ha acompañado en su doctorado?
“En 1970 comencé el
doctorado. Llegue a Regensburg, quería trabajar con él; estaba particularmente interesado
en neumatología. Luego, en un curso con Ratzinger me he apasionado de Ireneo de Lyon,
gran teólogo del segundo siglo cristiano y padre de la dogmática. Éramos más o menos
veinte personas, y encontrábamos a nuestro profesor una vez al mes. Comenzábamos siempre
con la Santa Misa y luego nos reuníamos hasta el mediodía. Uno de nosotros contaba
los avances en su trabajo. Esta era la forma principal de su acompañamiento profesional
para con nosotros. Ciertamente podíamos buscarlo para pedirle consejo. Sin embargo
debo decir que he sido siempre una persona bastante discreta. He ido a buscarlo cuando
había casi terminado. Me ha dado alguna sugerencia – he cambiado algunas cosas. En
resumen, siempre me decía: ¡continúe! (Machen Sie mal..!) Esta manera de trabajar
ha sido siempre muy agradable. Pienso que no lo he desilusionado…”
El “Ratzinger
Schülerkreis” existe desde hace tantos años. ¿Cómo podemos imaginarlo? ¿Como un encuentro
académico o un encuentro de viejos amigos?
“Podemos decir que es una mezcla
entre un “club de veteranos” y un encuentro académico. Todos hemos crecido, nos hemos
desarrollado. Nos conocemos desde hace tanto tiempo. Este “Schülerkreis”, “Círculo
de estudiantes”, lo hemos fundado originalmente nosotros, alumnos. Luego, un día,
hemos invitado al profesor y arzobispo de Munich, Ratzinger. Desde que es Papa ha
sido él quien ha tomado la iniciativa y ha comenzado a invitarnos a Roma. También
si hoy en día hablamos con el Santo Padre, a un cierto punto vuelve a ser nuestro
viejo profesor… Nuestros encuentros tienen siempre un tema. Esta vez el argumento
ha sido el Vaticano II y su interpretación - como una interpretación de reforma, no
de discontinuidad. Hemos escuchado ponencias sobre este tema, hemos discutido con
nuestro profesor y entre nosotros… El pasado sábado, el Santo Padre ha pasado un
poco de tiempo con nosotros, hemos constituido dos grupos, uno por la mañana, otro
por la tarde. Era como en los viejos tiempos, como alguno de los cursos que hemos
hecho con el. Ha conducido el encuentro, ha escuchado con mucha atención y cada tanto
intervenido. Ha sido una discusión muy agradable, sobria y amigable”