Ángelus: “Miramos a Cristo como modelo de humildad y gratuidad, de Él aprendemos la
paciencia en las tentaciones, la mansedumbre en las ofensas, la obediencia a Dios
en el dolor”
Domingo, 29 ago (RV).- Benedicto XVI -como cada domingo- se ha reunido con los fieles
presentes en Castel Gandolfo para rezar a la Madre de Dios. Desde el balcón del patio
Clemente XIV del Palacio apostólico de esta pequeña ciudad al sur de Roma, el Santo
Padre en su breve alocución previa al Ángelus ha reflexionado sobre los textos que
la liturgia de este domingo nos propone.
En el Evangelio de este domingo (Lc
14,1.7-14), encontramos a Jesús como comensal en la casa de un jefe de los fariseos.
Advirtiendo que los invitados elegían los primeros sitios en la mesa, Él les contó
una parábola, ambientada en un banquete nupcial en el que advierte que no se debe
buscar el primer puesto porque puede llegar alguien más digno y tenga que cederlo.
Y a propósito de este relato evangélico Benedicto XVI ha manifestado:
El
Señor no quiere dar lecciones de protocolo, ni sobre la jerarquía entre las diversas
autoridades. Insiste más bien sobre un punto decisivo, el de la humildad: “el que
se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Luc 14,11). En efecto
puede representar la condición de la humanidad degradada por el pecado, condición
que sólo la encarnación del Hijo Unigénito puede volver a levantar. Por esto el mismo
Cristo “ocupó el último puesto en el mundo -la cruz-, y precisamente con esta humildad
radical nos ha redimido y nos ayuda constantemente” (Enc. Deus caritas est, 35) Benedicto
XVI siguiendo con el relato de la parábola ha explicado que al final de la misma Jesús
sugiere al Jefe de los fariseos que invite a la mesa no a los amigos o personas que
pueden devolverle esta deferencia sino a aquellos que no podrán devolverle lo que
les ha dado
La verdadera recompensa, en efecto, al final la dará Dios,
“que gobierna el mundo (...) Nosotros le ofrecemos nuestro servicio sólo en lo que
podemos y hasta que Él nos dé fuerzas” (Enc. Deus caritas est, 35). Una vez más pues,
miramos a Cristo como modelo de humildad y gratuidad: de Él aprendemos la paciencia
en las tentaciones, la mansedumbre en las ofensas, la obediencia a Dios en el dolor,
a la espera que Él que nos ha enviado nos diga: “Amigo sube más arriba” (cfr. Lc 14,10);
el verdadero bien, en efecto, es estar cerca de Él
Seguidamente el
Santo Padre ha aludido a San Luis IX, rey de Francia – cuya memoria celebramos el
pasado miércoles – que puso en práctica aquello que está escrito en el libro del Eclesiástico:
“cuando más grande seas, más debes humillarte y ante el Señor hallarás gracia”. (3,18”).
Benedicto XVI ha finalizado su alocución previa al rezo mariano del Ángelus recordando
el martirio de san Juan Bautista:
Queridos amigos, hoy recordamos también
el martirio de san Juan Bautista, el más grande entre los profetas de Cristo, que
ha sabido negarse a si mismo para dar espacio al Salvador, y ha sufrido y muerto por
la verdad. Pidamos a Él y a la Virgen María que nos guíen en el camino de la humildad,
para ser en dignos de la recompensa divina
Tras el rezo
mariano del Ángelus y del responso por los fieles difuntos Benedicto XVI ha saludado
en varias lenguas. Este ha sido su saludo e española:
Al saludar cordialmente
a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, quisiera
recordar con particular afecto a los mineros que se encuentran atrapados en el yacimiento
de san José, en la región chilena de Atacama. A ellos y a sus familiares los encomiendo
a la intercesión de San Lorenzo, asegurándoles mi cercanía espiritual y mis continuas
oraciones, para que mantengan la serenidad en la espera de una feliz conclusión de
los trabajos que se están llevando a cabo para su rescate. Y a todos os invito a acoger
hoy la Palabra de Cristo, para crecer en fe, humildad y generosidad. Feliz domingo
Como hemos escuchado,
la algarabía que generalmente despierta en los peregrinos el saludo del Santo Padre,
con frecuentes interrupciones y vivas esta vez fue más contenida por las palabras
dirigidas a estos mineros atrapados desde el 5 de agosto. Si bien, al principio la
preocupación era hallarlos con vida, ahora, tras haber sido encontrados el pasado
domingo, después de 17 días, en buenas condiciones de salud, la inquietud es el largo
período que deberán permanecer enterrados a más 700 metros de profundidad en un espacio
reducido, húmedo y sofocante.
En efecto, se presume que entre tres y cuatro
meses tardarán las excavaciones para poder llegar hasta los mineros salvaguardando
incolumidad tanto de ellos como de los socorristas. Aunque ya reciben agua, alimentos,
medicinas y otros artículos de primera necesidad el factor psicológico, nutricional
y de salud en general, preocupan a los expertos que estudian las estrategias para
mantener en buenas condiciones a los 33 mineros atrapados.
Benedicto XVI, en
sus saludos en italiano, recordó que próximo 1 de septiembre se celebra en Italia
la Jornada por la salvaguardia de lo creado, promovida por la Conferencia Episcopal
Italiana. El Papa subrayó además que es una cita importante también en el plano ecuménico:
Este
año nos recuerda que no puede haber paz sin el respeto del ambiente. De hecho, tenemos
el deber de entregar la tierra a las nuevas generaciones en un estado tal como para
que ellos también pueda dignamente habitarla y ulteriormente conservarla. Que el Señor
nos ayude en esta tarea