El Papa recuerda que la violencia contra cristianos y musulmanes en Irak refuerza
la determinación de ambos en trabajar por la paz y la reconciliación
Viernes, 2 jul (V).- Los últimos años en Irak han estado marcados por trágicos actos
de violencia contrarios a las enseñanzas del Islam y el Cristianismo. Acciones que
además se han dirigido contra miembros inocentes de la población, musulmanes y cristianos.
Este sufrimiento compartido podría establecer una conexión profunda, reforzando la
determinación de musulmanes y cristianos a “trabajar por la paz y la reconciliación”.
De esta forma se ha dirigido Benedicto XVI esta mañana al nuevo embajador de la República
de Irak, a quien a recibido con motivo de la presentación de sus Cartas credenciales.
El
Santo Padre ha recordado en su discurso que en las elecciones legislativas celebradas
el pasado 7 de marzo, los iraquíes han dado una clara señal al mundo escogiendo el
camino de la democracia. Por este camino –ha añadido el Papa- el pueblo iraquí aspira
a vivir en armonía “en una sociedad justa, pluralista e integradora”. No obstante
las intimidaciones por parte de quienes no comparten esta aspiración, los iraquíes
ha demostrado “gran valor y determinación” presentándose en masa a los colegios electorales.
Ahora, es necesario formar, lo más pronto posible, el nuevo mosaico político iraquí.
“Es de esperar –ha dicho el Santo Padre- que ahora la formación de un nuevo gobierno
proceda rápidamente de manera que se pueda realizar la voluntad del pueblo de un Irak
estable y unificado”.
El Papa ha asegurado la continuación de la ayuda al país,
con el que la Santa Sede, siempre ha mantenido excelentes relaciones diplomáticas,
de forma que Irak pueda encontrar pronto su legítimo lugar de nación guía en la región.
Los que han sigo elegidos –ha añadido el Pontífice- deberán demostrar gran valor y
determinación para responder a las grandes expectativas del pueblo iraquí. “El nuevo
gobierno deberá dar prioridad a las medidas destinadas a mejorar la seguridad de todos
los sectores de la población, en particular, el de las distintas minorías”.
“Entre
los derechos, que deben ser respetados plenamente – ha añadido Benedicto XVI- son
de fundamental importancia los referidos a la libertad religiosa y de culto por cuanto
permiten a los ciudadanos vivir como personas creadas a imagen y semejanza del Creador”.
Compartiendo las mismas preocupaciones del embajador iraquí, el Papa ha subrayado
que los cristianos del país deben permanecer en su patria ancestral y ha expresado
su deseo de que los que se han visto obligados a emigrar puedan pronto considerar
seguro su regreso a Irak. “Desde los primeros días de la Iglesia, los cristianos han
vivido en la tierra de Abraham, tierra que forma parte del patrimonio común de judaísmo,
cristianismo e islam”.
Benedicto XVI ha expresado además su deseo de que en
el futuro la sociedad iraquí sea el símbolo de la coexistencia pacífica, deseo común
en las aspiraciones de aquellos cuya fe se radica en Abraham. Una sociedad en la que
los cristianos tengan un papel relevante. “No obstante los cristianos sean una minoría
de la población iraquí, ofrecen una preciosa contribución a su reconstrucción y su
recuperación económica, a través de su apostolado en el ámbito educativo y sanitario;
sus compromisos en proyectos humanitarios proporciona una asistencia muy necesaria
en la construcción de la sociedad”.
En este contexto el Santo Padre ha recordado
que la historia ha demostrado que algunos de los incentivos más eficaces para superar
las divisiones provienen de ejemplos de mujeres y hombres que han perdido la vida
habiendo elegido el difícil camino del testimonio no violento inspirado en los más
altos valores: “Los nombres de Mons. Paulos Faraj Rahho, del padre Ragheed Ganni,
y de muchos otros continuarán viviendo como ejemplos luminosos de amor que les ha
llevado a dar la vida por el prójimo”.
Por último, Benedicto XVI ha recordado
la iniciativa de la Santa Sede para ayudar a las Iglesias locales de toda la región
y la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio, que tendrá lugar
del 10 al 24 de octubre: “Constituirá una oportunidad para explorar el papel y el
testimonio de los cristianos en las tierras de la Biblia y dará también un impulso
al importante tema del diálogo interreligioso, que tanto puede contribuir al alcance
del objetivo de coexistencia pacífico en el recíproco respeto y estima entre los fieles
de distintas religiones”.