Benedicto XVI subraya el "firme compromiso por el diálogo y la reconciliación” que
caracterizó la vida sacerdotal de Mons. Luigi Padovese, asesinado en Turquía
Martes, 15 jun (RV).- Más de cinco mil personas, entre ellas 350 sacerdotes y religiosos
y 50 obispos, asistieron ayer en la ciudad italiana de Milán a las exequias del prelado
Luigi Padovese, asesinado el pasado 3 de junio en Turquía, donde era presidente de
la Conferencia Episcopal Turca, y vicario apostólico de Anatolia. El cardenal Dioniggi
Tettamanzi, arzobispo de Milán, ofició la misa de sufragio en la catedral, en la que
se leyó un mensaje de Benedicto XVI, en el que el Pontífice manifiesta que está "profundamente
dolorido" por la muerte del obispo italiano, de 63 años, y resalta su "generoso testimonio
del Evangelio".
El Santo Padre subraya asimismo el "firme compromiso por el
diálogo y la reconciliación que caracterizó su vida sacerdotal y su ministerio episcopal".
A las exequias numerosos obispos no sólo de Italia, sino también de Alemania y Brasil.
El Papa estuvo representado por el ex nuncio en Turquía Mons. Edmond Farhat, quien
había ordenado obispo a Mons. Padovese en 2004. También estuvo presente Mons. Ruggero
Franceschini, arzobispo de Esmirna, a quien este fin de semana Benedicto XVI nombró
nuevo vicario apostólico de Anatolia, cargo que el fallecido prelado. En su homilía,
el cardenal Tettamanzi, elogió la figura de Mons. Padovese, nacido precisamente en
Milán, y su entrega a la comunidad. Y dirigió unas palabras de aliento para la Iglesia
de Anatolia, que es una comunidad cristiana minoritaria en un país de mayoría musulmana.
Benedicto
XVI envió otros dos telegramas más de condolencia por este hecho: uno para la familia
de Mons. Padovese y otro para los hermanos capuchinos, orden a la que pertenecía el
prelado. Toda la comunidad ambrosiana se estrechó conmocionada en las exequias solemnes
en las que participaron 40 obispos, más de 200 sacerdotes y cinco mil fieles. El nuncio
apostólico para Italia, el arzobispo Giuseppe Bertello, leyó el mensaje del Pontífice
adolorado por el homicidio del prelado.
El Sumo Pontífice
se une a todos los presentes encomendando el alma noble de este amado pastor a la
infinita misericordia de Dios, dando gracias por su generoso testimonio del Evangelio
y por su firme compromiso en el diálogo y en la reconciliación, que caracterizaron
toda su vida sacerdotal y su ministerio episcopal.
El cardenal Tettamanzi,
personalmente muy cercano al Vicario apostólico de Anatolia, al que le unía una vieja
amistad, durante la homilía comparó a Mons. Padovese a un grano de trigo que, muriendo,
hace crecer mucho fruto.
El grano de trigo
que silenciosamente da fruto. Así fue el padre Luigi en sus incesantes esfuerzos por
construir espacios de diálogo y de encuentro entre culturas, entre religiones y entre
los mismos cristianos.
En el surco de aquel diálogo y de aquella acción
de paz abiertos por Mons. Padovese, reconocidos también en el mensaje enviado por
el cardenal Peter Erdo, presidentre del Consejo de las Conferencias Episcopales de
Europa, el cardenal Tettamanzi recordó que el obispo milanés fue también un “hijo
y padre de la Iglesia en Turquía”. Pero fue especialmente un “verdadero discípulo
de Cristo”, que supo dar “todo de sí mismo por el anuncio del Evangelio y por la vida
de quienes tenía a su cargo”. El purpurado dirigió también unas palabras a la pequeña
comunidad católica turca:
Queremos, como
Iglesia ambrosiana, junto a todas las comunidades cristianas, acoger y afrontar los
desafíos de ser cada vez más conscientes de nuestra identidad cristiana y de ofrecer,
siempre y por todas partes, sin ningún miedo, el testimonio de una vida auténticamente
evangélica, amando a Cristo y cada hombre hasta el final.
Conmovido el
recuerdo final de Mons. Ruggero Franceschini, administrador apostólico de Anatolia
y arzobispo de Esmirna, que invitó a todos a no dejar sola a la Iglesia de Turquía.
A los que se ocupan
de formación, digo: tened siempre una ventana abierta sobre esta tierra y sobre el
dolor de la Iglesia que la habita. ¡Sed la voz de quienes no tienen ni siquiera la
libertad de gritar su propia pena, sed la verdad y la justicia por encima de cualquier
provecho humano. Y haced lo mismo con los que se ocupan de política o de economía.
Por
su parte, el presidente de la república italiana, Giorgio Napolitano, también envió
un mensaje en el que aseguró que monseñor Padovese “ha testimoniado con generosidad
y compromiso los valores universales del diálogo, de la tolerancia y de la compresión
recíproca”.