Benedicto XVI participó en la multitudinaria vigilia de oración para la conclusión
del Año Sacerdotal, recordando la necesidad del diálogo con Cristo
Viernes, 11 jun (RV).- Benedicto XVI participó anoche en la vigilia de oración en
la plaza de San Pedro para la conclusión del Año Sacerdotal y rezó junto a 15.000
sacerdotes de todo el mundo. Además respondió a las preguntas de cinco sacerdotes,
uno en representación de cada continente, quienes manifestaron sus inquietudes relacionadas
con la función del sacerdote, el papel de la teología, el culto y el celibato y las
vocaciones. La vigilia, que concluyó con la adoración eucarística, fue una demostración
multitudinaria de afecto por el Santo Padre.
Respondiendo a un párroco procedente
de Brasil, el Papa invitó a los sacerdotes a no reducir el propio ministerio a una
profesión y subrayó la importancia de que los fieles vean que es un hombre apasionado
por Cristo. En este mismo sentido, el Santo Padre recalcó la necesidad del coloquio
personal con Cristo y no descuidar la propia alma, una prioridad pastoral fundamental
que se resume en la oración constante, también por las personas que no saben rezar
o no encuentran tiempo para hacerlo.
En cuanto al celibato sacerdotal, Benedicto
XVI subrayó lo sorprendente que resulta esta permanente crítica al celibato en una
época en la que cada vez está más de moda no casarse. Y por lo que respecta a la teología
el Papa subrayó la importancia de la formación acompañada de un sentido crítico y
el conocimiento profundo de las Sagradas Escrituras junto a las corrientes de nuestro
tiempo para poder dar “razón de nuestra fe”.
Frente a la disminución de las
vocaciones el Santo Padre recomendó que cada sacerdote haga lo posible para vivir
el sacerdocio de forma tan convincente que los jóvenes puedan pensar que es una labor
esencial para el mundo y sobre todo tener el valor de hablar con los jóvenes en el
momento en que puedan pensar que Dios les llama, porque “a menudo es necesario una
palabra humana para abrir paso a la escucha de la vocación divina”.