Sábado 22 may (RV).- “La música y el diálogo”, titula su editorial Octava Dies, el
padre Federico Lombardi, director de nuestra emisora y del Centro Televisivo Vaticano.
El tema se refiere al concierto ofrecido por el Patriarca Kirill al Santo Padre, en
el Aula Pablo VI, que fue precedido por un mensaje del mismo Patriarca al Papa y que
fue leído por el Metropolita Hilarión. Un evento, que “va más allá de un normal gesto
de cortesía” señala el Padre Lombardi, destacando luego que es “un paso significativo
en las relaciones entre la Iglesia ortodoxa rusa y la católica”.
Es muy
claro, que en el contexto del panorama cultural europeo actual, las posiciones ortodoxas
y católicas sobre los grandes problemas éticos son comunes, dado que descienden de
una visión del hombre inspirada por el cristianismo. El metropolita Hilarion, en su
discurso, hizo referencia explícita, por ejemplo, a las cuestiones relativas a la
vida y a la familia
El padre Lombardi
puso de relieve en su editorial que el discurso final del Papa fue mucho más amplio
y profundo que los que habitualmente desarrolla al final de los conciertos, profundizando
con amplitud en el tema de las raíces cristinas de Europa, expresadas no solo en la
vida religiosa sino también en “el inestimable patrimonio cultural y artístico” de
los países en los que la fe cristiana ha favorecido y promovido “como nunca la creatividad
y el genio humano”. Frente a una secularización que lleva a prescindir
de Dios y de su proyecto y “termina por negar la misma dignidad humana”, es necesario
desarrollar la propuesta de un “nuevo humanismo”, para que Europa pueda volver a respirar
“a pleno pulmón”, gracias “al diálogo y la sinergía entre Oriente y Occidente, entre
tradición y modernidad”. El resonar de las notas de la gran música rusa en el Vaticano
fue un signo elocuente de la sintonía profunda que sobre estas perspectivas cruciales
se ha establecido entre la iglesia ortodoxa rusa y la católica. Un signo de verdad
esperanzador para el futuro