El cardenal Bagnasco resalta la gran manifestación de solidaridad al Papa
Martes, 18 may (RV).- Benedicto XVI recibió ayer al cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo
de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, después de la gran manifestación
de solidaridad al Santo Padre, el domingo en la Plaza de San Pedro, promovida por
las asociaciones de laicos italianos.
En unas declaraciones a la redacción
italiana de Radio Vaticano el cardenal Angelo Bagnasco nos cuenta con cuáles sentimientos
el Papa acogió esta manifestación de cercanía de los fieles italianos:
«Muy
contento, muy sereno, viendo tanta manifestación de alegría, de cercanía, de oración
de parte de una plaza y sus alrededores, tan concurrida. Los diarios, con razón, hablaban
de cerca de 200 mil personas. Pero, sobre todo, era una multitud formada por un pueblo
integrado por grandes y pequeños. Familias, con sus niños pequeños, que llegaron de
toda Italia, aun con grandes sacrificios, con tal de estar aunque sea por un momento
bajo la ventana del Papa».
El cardenal Bagnasco señaló también qué significa
esta oración, esta solidaridad al Papa, para la vida de la Iglesia italiana:
«Diría
que fortalece la conciencia de que la Iglesia es una Iglesia formada por el pueblo,
una Iglesia para todos y que en Italia, en particular, hay un gran cariño, un profundo
lazo de cariño y de gratitud para con el Santo Padre. Tenemos la bendición y la gracia
de tener la sede de Pedro precisamente en nuestro país y ello representa en el corazón
de nuestra gente, una gracia muy grande y por lo tanto un motivo de fe ulterior y
de alegría».
El Purpurado reflexionó asimismo sobre las palabras de Benedicto
XVI acerca del pecado, que es el verdadero enemigo:
«Porque
el pecado es el origen de todos los males. Ésta es una verdad de nuestra fe, que no
debemos olivar nunca: el Papa con la claridad y la mansedumbre y lucidez de su Magisterio
nos recuerda, precisamente, el corazón de las cosas. Y, reitera que pecado es la causa,
verdaderamente de todo mal – tanto físico como cultural – es el alejarse, dar la espalda
a Dios, a su verdad, que brilla en Cristo y resplandece en la Iglesia».
El
presidente de la Conferencia Episcopal italiana recordó a las víctimas de los abusos
y a los numerosos sacerdotes, que, en silencio, están al servicio de Dios y del prójimo,
renovándoles su aprecio y confianza:
«Unos
y otros están en el corazón de las intenciones del Santo Padre. La oración en la Plaza
de San Pedro - así como la de toda la Iglesia en Italia, que estaba representada
allí - es por el Papa, su persona, su ministerio y todas sus intenciones de padre
y de pastor: entre éstas, seguramente, está la santificación del clero – vemos que
el Año sacerdotal está por concluir – y también la oración por todos aquellos que
sufrido violación, de parte sobre todo de algunos ministros de la Iglesia. Seguramente
en el corazón del Papa, de su cariño y de su oración, así como en su acción, están
presentes estas intenciones: la Chiesa en Italia ha rezado y reza por ello».