El Papa bendice la primera piedra de una unidad sanitaria que llevará su nombre
Jueves, 13 may (RV).- Fátima, “lugar bendito,
que Dios eligió para recordar, por medio de Nuestra Señora, sus designios de amor
misericordioso para la humanidad”. En la Iglesia de la Santísima Trinidad, Benedicto
XVI celebró, esta tarde, un encuentro de oración, con más de 8.000 miembros de las
organizaciones de la pastoral social y de otras organizaciones comprometidas en la
asistencia a los necesitados. Un larguísimo aplauso y aclamaciones de Viva el Papa,
recibieron la entrada del Santo Padre. Luego, fueron también muy aplaudidas las palabras
del Papa sobre la dignidad de la vida y la familia fundada en el matrimonio entre
un hombre y una mujer.
Mons. Carlos Azevedo, obispo auxiliar de Lisboa y presidente
de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, agradeció con mucha alegría en nombre
de todos, este encuentro con Benedicto XVI, destacando el anhelo de los numerosos
voluntarios presentes de escuchar las palabras del Pastor Universal y su mensaje de
esperanza ante los desafíos y dificultades del momento actual.
Abriendo la
celebración de la Palabra, Benedicto XVI invitó a rezar confiadamente al Señor para
que nos haga “testigos de su amor”. Y con su Encíclica “Caritas in Veritate”, reiteró
que “la caridad en la verdad - de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida
terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección - es la principal fuerza impulsora
del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad”.
Benedicto
XVI bendijo la primera piedra de la Unidad de Cuidados Continuados, que la Unión de
las Misericordias portuguesas construirá en Fátima y que llevará su nombre. Rezando
a Dios nuestro Padre, que quiere que participemos en la pasión de su Hijo Jesucristo,
ayudando a llevar la Cruz en la persona de los que sufren, el Papa invitó a invocar
con confianza a Dios, de modo que la primera piedra que iba a bendecir contribuya
a la construcción de un mundo mejor.
La presidenta de la Federación de los
Bancos Alimentarios Contra el Hambre, Isabel Jonet, leyó las oraciones. Se rezó por
todos los que se consagran al servicio del prójimo, para que nunca se desanimen ante
fracasos e incomprensiones. Que Dios, con su infinita bondad, nos enseñe a descubrir
la presencia de Cristo en todos nuestros hermanos y a encontrarlo especialmente en
los pobres e infelices. Que Dios con su infinita misericordia, siga aliviando a los
enfermos, liberando a los prisioneros, consolando a los afligidos, dando el pan a
los que tienen hambre, y fortaleciendo a los débiles. Que se manifiesta en todos el
triunfo de la Cruz.
Por los que viven lejos de sus familias y de su patria.
Por las víctimas de la segregación debido a su raza, color, condición social o religión,
para que sean reconocidos sus derechos y su dignidad. Y para que todos, recurriendo
al amparo de María, percibamos continuamente su auxilio celestial.
Al final
del encuentro, el Santo Padre saludó a la ministra portuguesa de la Sanidad, a los
presidentes de la Caritas Portuguesa, de la Confederación Nacional de las Instituciones
de Solidariedad, de la Unión de las Misericordias, de la Comisión Nacional Justicia
y Paz, de la Sociedad de S. Vicente de Paúl y al coordinar nacional de la Pastoral
de la Salud y a los representantes de las principales organizaciones católicas que
colaboran en este importante sector de asistencia a los necesitados.