Gran acogida en la primera misa multitudinaria del Papa
Martes, 11 may (RV).- En las orillas del
Tajo, en el histórico “Terreiro do Paço”, la enorme plaza que luego se llamó del
Comercio, de Lisboa, ¡ya desde ayer! - 24 horas antes de que llegara el Papa - muchas
personas empezaron a llegar para asegurarse un lugar y poder participar en la primera
misa multitudinaria de este viaje apostólico d e Benedicto XVI.
Viaje cuyo
misal se abre con las palabras “¡Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga
a visitarme!”, evocando la alegría, ternura y estupor de Isabel, llena de Espíritu
Santo, a María. Palabras tomadas del Evangelio de Lucas (1,43), cuando la Virgen
entró en la casa de Zacarías y saludó a su prima.
“Bienvenido Bento XVI Portugal
2010” – “Amar - Rezar – Escuchar – Perdonar – Compartir – Tener esperanza”. Después
de la acogida, desde el aeropuerto, hasta la Nunciatura Apostólica de Lisboa, junto
con el saludo, alegres gritos de Viva el Papa y el entusiasmo de numerosas personas,
Benedicto XVI, cumplió el recorrido, que había sido adornado, como pudimos ver ya
desde hace algunos días, con carteles de varios tamaños en fondo azul algunos y blanco
otros, y la foto sonriente del Papa. Es el mismo clima de alegría que está acompañando
al Santo Padre desde su llegada. A primera hora de esta tarde, tuvo lugar la ceremonia
de bienvenida, una breve visita al Monasterio de los Jerónimos, deteniéndose en oración
ante el Sagrario en la Iglesia de Santa María, de Belém, donde se encuentra el Palacio
presidencial, para la visita de cortesía al presidente de la República, Aníbal Cavaco
Silva. En el libro de honor, Benedicto XVI escribió: “En el centenario de la República
mis felicitaciones y mi bendición a todo Portugal, país rico de humanidad y cristianismo”.
La
culminación de este primer día del Papa en la capital portuguesa es la Misa multitudinaria,
esta tarde en el Terreiro do Paco de Lisboa, en las sugestivas orillas del río Tajo,
desde donde se puede admirar el Cristo Rey, del Santuario de Almada, que cumple medio
siglo de su fundación y que con sus brazos abiertos abraza a todos con amor, ofreciendo
su salvación a toda la humanidad. También desde temprano un centenar de veleros, encabezados
por una carabela, había empezado a navegar, “adornando” este río tan ligado a la historia
lusitana, a la altura d el altar monumental realizado para esta ocasión.
El
Santuario de Cristo Rey, es un colosal monumento de cien metros de altura, que se
eleva en la costa frente a Lisboa y en su pedestal hemos visto un cartel de 30 metros,
con la foto de Benedicto XVI y un “enorme” podemos decir – en todo sentido– “¡Obrigado!
- Gracias Santo Padre”, agradeciendo así el mensaje del Papa y su presencia en Portugal.
El rector del Santuario nos recuerda que hoy, al igual que hace 50 años, “Cristo
sigue abrazando a Portugal, teniéndolo en su Corazón, con una actitud de amparo infinito
y de perdón incondicional". "Hoy, como en el pasado, en un tiempo de dispersión y
de distracción, urge salvar a la persona y a la comunidad humana de la primacía destructora
del materialismo y del individualismo". Salvarla, también "de la esclavitud, la injusticia
y la muerte, y reconducirla al encuentro de Aquel que es su único Salvador". Como
señalan los obispos de Portugal.