El Pontífice afirma que la persecución más grande a la Iglesia no procede de enemigos
externos, sino que nace del pecado en ella: “la Iglesia tiene profunda necesidad de
penitencia y purificación. El perdón no sustituye la justicia”
Martes, 11 may (RV).- Durante el vuelo hacia Portugal el Santo Padre ha respondido
a algunas preguntas de los periodistas que le acompañan habitualmente en sus viajes.
Una de las preguntas se ha referido al significado actual de las apariciones de Fátima
y si en el tercer secreto es posible enmarcar el sufrimiento de la Iglesia de hoy
a causa de los pecados de los abusos sexuales a menores.
Refiriéndose al tercer
secreto de Fátima Benedicto XVI ha subrayado que en la visión se habla claramente
de la necesidad de una pasión de la Iglesia. Pero para el Pontífice la importancia
del mensaje, la respuesta de Fátima, no radica en situaciones particulares, sino que
la respuesta fundamental es “la conversión permanente, penitencia, oración, y las
tres virtudes cardinales: fe, esperanza, caridad”.
“En cuanto a las novedades
que hoy podemos descubrir en este mensaje, encontramos que los ataques al Papa y a
la Iglesia no sólo vienen del exterior, sino que el pecado existe en la Iglesia. Esto
siempre se ha sabido, pero hoy lo vemos de una forma terrible: que la persecución
más grande a la Iglesia no procede de enemigos externos, sino que nace del pecado
en la Iglesia. Y por lo tanto, la Iglesia tiene una profunda necesidad de reaprender
la penitencia, aceptar la purificación, aprender el perdón pero también la necesidad
de justicia. El perdón no sustituye la justicia”.