Migraciones y nuevas redes de solidaridad contra la miseria y la exclusión social
Lunes, 10 may (RV).- “Las migraciones necesitan, hoy más que nunca, una sociedad en
la que se amplíen los espacios de pertenencia y de participación y se restrinjan los
lugares de marginación y exclusión”. Esta ha sido la afirmación de Mons. Antonio Maria
Veglió, presidente del Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes,
durante su intervención esta mañana en el Congreso que se celebra en la Universidad
Católica del Sagrado Corazón de Milán. Un Congreso que se centra en el tema: “procesos
migratorios e integración en la periferia urbana”, y que tiene lugar en una prestigiosa
sede que el próximo año festejará sus 90 años de existencia.
En el contexto
de las migraciones Mons. Veglió ha definido como reto y el objetivo de fondo la construcción
de una sociedad integrada, y esto requiere la adopción de nuevas redes de solidaridad
contra la miseria y la exclusión social, y la promoción de un encuentro entre culturas
que favorezca la relación, el intercambio y el enriquecimiento recíproco.
Para
el presidente del Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes
es fundamental encontrar modelos de integración que saquen a flote los valores del
conocimiento mutuo, el diálogo y la escucha, sin olvidar la obligación que tienen
todos de respetar las normas con las que cada Estado se dota legítimamente.
Mons.
Veglió habló también de la urgencia de proyectos de integración en países como Italia,
que cuenta con un considerable número de inmigrantes. “La exigencia de afrontar el
reto educativo en el contexto de los jóvenes –dijo el prelado- es más incisiva en
la segunda generación de los emigrantes”.
Además de subrayar que el futuro
de una civilización más rica de valores pasa por el compromiso interétnico, Mons.
Veglió profundizó en el papel de las instituciones educativas, que están en la primera
línea de la formación de personas capaces de apreciar la diversidad y evitar la cerrazón
de los prejuicios. Para lograr esta misión el prelado enumeró los temas imprescindibles
en que la escuela debe invertir como son la democracia, los derechos humanos, la paz,
el ambiente, la cooperación y la comprensión internacional, la lucha contra la pobreza,
el diálogo interreligioso y todas las cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible.