2010-05-05 14:52:19

Audiencia general: el Papa pide el desarme nuclear porque “la paz descansa sobre la confianza y el respeto de las obligaciones asumidas, y no solo sobre el equilibrio de las fuerzas”


Miércoles, 5 may (RV).- Repetidos aplausos, vítores y manifestaciones de afecto recibieron esta mañana a Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre dio una vuelta en papamóvil descubierto entre los diversos sectores en los cuales se divide la plaza para dar lugar a los fieles y peregrinos, hoy al menos 30 mil, según datos de la Prefectura de la Casa Pontifica.

Una ''tensión hacia la perfección moral debe vivir en todo sacerdote'' y los fieles deben estarles cercanos, ''con su oración y apoyo, especialmente en las dificultades''': la catequesis de hoy del Papa se centró en la figura del sacerdote, mientras el Año a él dedicado está concluyendo.

Las tareas de los sacerdotes - recordó el Pontífice – son aquellas de ''enseñar, santificar y gobernar'', colocando a los hombres ''en contacto con Dios'', ser ''puentes para favorecer el encuentro con Dios'', a través de los sacramentos, pero también poniendo en juego la propia ''humildad'' y ''generosidad''.

Durante la audiencia general el Papa recordó también su reciente viaje a Turín con motivo de la Ostensión de la Sabana Santa que - dijo - ''nos invita a contemplar el rostro de Cristo cuya misión redentora es seguida hoy en día por el ministerio sacerdotal''.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho Benedicto XVI en español para los fieles de nuestra lengua. RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas: Quisiera hablar hoy de la misión de santificar de los sacerdotes. Santificar una persona significa ponerla en contacto con Dios, con el ser de Dios que es verdad absoluta, bondad, amor y belleza. Esto no puede venir como fruto del esfuerzo del hombre, sino que es Dios mismo quien lo realiza. Parte esencial de la gracia del sacerdocio es el don y la misión de crear este contacto, que se realiza en el anuncio de la palabra de Dios y, de un modo particularmente denso, en los sacramentos. En efecto, la salvación sólo la podemos recibir de Dios, que nos atrae y obra en nosotros por medio de realidades materiales, que Él mismo ha escogido. Es preciso, pues, que los sacerdotes se dediquen con generosidad a la administración de los sacramentos, a dar a sus hermanos el tesoro de gracia que Dios ha puesto en sus manos, no como dueños, sino como servidores. Y, junto a esto, ayudar a los fieles a vivir plenamente la liturgia, el culto y los sacramentos como don divino gratuito y eficaz para la salvación. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, República Dominicana, Costa Rica, Argentina, México, Ecuador y otros países latinoamericanos. Invito a todos a acompañar con vuestra plegaria y afecto a los sacerdotes, por medio de los cuales Cristo se hace verdaderamente presente y nos salva. Muchas gracias.

Al final de la audiencia el Santo Padre recordó que el pasado 3 de mayo se abrieron en Nueva York, los trabajos de la octava Conferencia de Examen del Tratado de no proliferación de las armas nucleares. A este respecto Benedicto XVI hizo un llamamiento, recordando que el proceso hacia un desarme nuclear concertado y seguro está estrechamente conectado con el pleno y solícito cumplimiento de los relativos compromisos internacionales.

“La paz, de hecho, descansa sobre la confianza y sobre el respeto de las obligaciones asumidas, y no solo sobre el equilibrio de las fuerzas. Con tal espíritu, aliento las iniciativas que persiguen un progresivo desarme y la creación de zonas libres de armas nucleares, en la perspectiva de su completa eliminación del planeta. Exhorto, finalmente, a todos los participantes en la reunión de Nueva York a superar los condicionamientos de la historia y a tejer pacientemente la trama política y económica de la paz, para ayudar el desarrollo humano integral y las autenticas aspiraciones de los pueblos”.








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