2010-05-04 16:52:32

El Papa felicita al rabino emérito de Roma y, con gratitud, recuerda su compromiso en promover las relaciones fraternas entre católicos y judíos


Martes, 4 may (RV).- «El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo». Con el Salmo de David, (n.23) empieza el mensaje de Benedicto XVI al Rabino emérito de Roma, Elio Toaff, felicitándolo por su 95 cumpleaños. En esta feliz ocasión, el Papa se une a cuantos le expresan su enhorabuena, por los dones que la misericordia del Altísimo ha derramado en una existencia larga y fecunda de bien.

El mensaje de Benedicto XVI fue leído por el Secretario Particular de Su Santidad, Mons. Georg Ganswein, ayer por la tarde, en ocasión de la inauguración de la Fundación Elio Toaff para la Cultura Hebraica.

Evocando precisamente el Salmo 23, el Papa señala que el Señor ha guiado el alma del rabino emérito de Roma por el camino justo, así como en el valle más oscuro, en la hora de persecución y del exterminio del pueblo judío. El Señor en sus misteriosos diseños ha querido que experimente de forma singular su salvación, llegando a ser un signo de esperanza para el renacimiento de muchos de sus hermanos.

En especial Benedicto XVI recuerda gratamente el compromiso del rabino emérito Elio Toaff en la promoción de relaciones fraternas, entre católicos y judíos, y la sincera amistad que le une a su venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II.

El mensaje pontificio termina con el anhelo del Papa de que se cumplan para el rabino Toaff las palabras finales del mismo salmo: «‘Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo’ ¡Shalom!»







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