El Papa felicita al rabino emérito de Roma y, con gratitud, recuerda su compromiso
en promover las relaciones fraternas entre católicos y judíos
Martes, 4 may (RV).- «El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Aunque cruce por
oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo». Con el Salmo de
David, (n.23) empieza el mensaje de Benedicto XVI al Rabino emérito de Roma, Elio
Toaff, felicitándolo por su 95 cumpleaños. En esta feliz ocasión, el Papa se une a
cuantos le expresan su enhorabuena, por los dones que la misericordia del Altísimo
ha derramado en una existencia larga y fecunda de bien.
El mensaje de Benedicto
XVI fue leído por el Secretario Particular de Su Santidad, Mons. Georg Ganswein, ayer
por la tarde, en ocasión de la inauguración de la Fundación Elio Toaff para la Cultura
Hebraica.
Evocando precisamente el Salmo 23, el Papa señala que el Señor ha
guiado el alma del rabino emérito de Roma por el camino justo, así como en el valle
más oscuro, en la hora de persecución y del exterminio del pueblo judío. El Señor
en sus misteriosos diseños ha querido que experimente de forma singular su salvación,
llegando a ser un signo de esperanza para el renacimiento de muchos de sus hermanos.
En
especial Benedicto XVI recuerda gratamente el compromiso del rabino emérito Elio Toaff
en la promoción de relaciones fraternas, entre católicos y judíos, y la sincera amistad
que le une a su venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II.
El mensaje pontificio
termina con el anhelo del Papa de que se cumplan para el rabino Toaff las palabras
finales del mismo salmo: «‘Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo’ ¡Shalom!»