Mensajes de los obispos de Venezuela y Uruguay a los trabajadores
Sábado, 1 may (RV).- “El día primero de mayo, no es solo la conmemoración de una fecha
histórica, sino debe ser también un día de reflexión, de búsqueda, de análisis, de
las hondas implicaciones que tiene el trabajo humano y la complejidad de sus consecuencias
para el desarrollo de la persona y de la sociedad”. De esta manera comienza el mensaje
que los obispos de Venezuela enviaron a los fieles con motivo de la solemnidad de
san José Obrero, que también es el patrono de los trabajadores. El mensaje tiene fecha
del 30 de abril y fue firmado en Caracas.
En su mensaje los obispos
de Venezuela dicen que “la Iglesia siempre ha estado acompañando los distintos procesos
que se realizan en torno al mundo laboral. Las encíclicas sociales, especialmente
la “Laborem Excercens” del Papa Juan Pablo II, sintetizan la importancia del trabajo,
colocándolo como la “clave esencial” de toda la cuestión social, porque condiciona
el desarrollo no sólo en lo económico, sino también en lo cultural y moral, de las
personas, de las familias, de las comunidades y de la humanidad entera. También señalan
que más recientemente el Papa Benedicto XVI ha animado para que se logre concretizar
el trabajo decente - Caritas in Veritate número 63 - y se llegue al pleno desarrollo
integral de los trabajadores.
Por ello los obispos enviaron su saludo
más cordial a todos los trabajadores venezolanos en su día, animándolos a seguir caminando
en la búsqueda de la construcción de una sociedad con justicia social, equidad y paz,
donde el diálogo y la concertación sean pilares profundamente arraigados en la cultura
del mundo del trabajo, pero también en la búsqueda de mejores reivindicaciones salariales
y de seguridad social en bien de la familia y la sociedad entera.
También
los obispos de Uruguay han enviado un mensaje a los trabajadores de ese país con motivo
de la celebración de la solemnidad de San José Obrero. El mensaje, articulado en 4
apartados y hecho público al final de su asamblea ordinaria, parte de la premisa del
trabajo como don de Dios y del llamado que hizo Dios al ser humano para que completara
la creación con su trabajo. Y señalan que Jesús mismo santificó el trabajo humano,
además de iluminar el sentido pleno de la vida.
Por otra parte, continúa
el mensaje de los obispos uruguayos, las relaciones laborales también están afectadas
por el pecado y lo que debe ser ocasión de justa colaboración, muchas veces es lugar
de diversas formas de injusticia. En este sentido señalan que la Iglesia reconoce
la función fundamental desarrollada por los sindicatos, cuya razón de ser consiste
en la promoción de los trabajadores y la defensa de sus intereses. En razón de su
vocación deben vencer las tentaciones del corporativismo, saberse autorregular y ponderar
las consecuencias de sus opciones en relación al bien común.
Los puntos
3 y 4 del mensaje a los trabajadores de los obispos de Uruguay se refieren a la importancia
de las pequeñas y medianas empresas, y sobre todo animan el espíritu emprendedor para
que aumenten las oportunidades de desarrollo y de trabajo para quienes se encuentran
sin él. Por ello instan a los estamentos gubernamentales a que promuevan medidas eficaces
y apropiadas para la promoción del trabajo, y de manera especial se promuevan medidas
orientadas a la defensa de los derechos de la persona con capacidad diferente.