2010-04-29 14:04:03

Benedicto XVI recuerda, al recibir al nuevo embajador de la República Democrática del Congo, que “la paz no es únicamente la ausencia de conflictos”


Jueves, 29 abr (RV).- Benedicto XVI ha recibido también esta mañana las cartas credenciales del nuevo embajador de la República Democrática del Congo ante la Santa Sede, Jean-Pierre Hamuli Mupenda. El discurso del Papa se ha centrado básicamente en los difíciles y trágicos momentos que el pueblo congolés todavía está viviendo, después de la violencia de la guerra de los últimos años, que se ha “abatido ciega y sin piedad sobre amplias franjas de la población”.

La Iglesia católica, que también ha sufrido en su propia piel las consecuencias de “la brutal agresión que tanta muerte ha provocado, desea favorecer -ha explicado el Papa- la curación interior y la fraternidad del pueblo congolés para que recupere la dignidad y la paz tras haber sufrido la violación de sus derechos y ser escarnecido”. Recordando el último mensaje de la Conferencia Episcopal Congolesa, el Santo Padre ha dicho que “hay que emplear todos los medios políticos y humanos para poner fin al sufrimiento”.

“El compromiso firmado en Goma en 2008 y la aplicación de los acuerdos internacionales son necesarios” ha afirmado el Papa “pero más urgente todavía es poner en marcha las condiciones previstas para su aplicación, que no podrán realizarse si no es reconstruyendo poco a poco el tejido social gravemente herido”. El Papa ha hecho un llamamiento a los poderes públicos “para que se decidan a empezar la reconstrucción humana y social del país, sin olvidar que todavía existen, en algunas provincias, situaciones de guerra”. “La paz -ha dicho el Papa- no es únicamente la ausencia de conflictos es también un don y una tarea que obliga a los ciudadanos y al Estado”.

Benedicto XVI ha recordado que uno de los mejores medios para construir la reconciliación en el Congo es a través de “la promoción de la educación de las jóvenes generaciones”. “El espíritu de reconciliación y de paz nacido en la familia se afirma i crece en la escuela y la Universidad”, ha dicho el Papa. Por ello es necesario que “los niños y los jóvenes sean educados con paciencia y tenacidad. Conviene que no sólo inculcarles un saber que les ayude en su vida adulta y profesional, sino darles sólidas bases morales y espirituales con lasa que rechazar la tentación de la violencia y del resentimiento, para elegir lo que es verdaderamente justo y verdadero”.







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