2010-04-28 15:58:44

Audiencia general: el Papa exhorta a donarse totalmente a los más necesitados “con la profunda convicción de que no es posible ejercitar la caridad sin vivir en Cristo y en la Iglesia”


Miércoles, 28 abr (RV).- Benedicto XVI en su catequesis de la audiencia general de esta mañana en la plaza de san Pedro ha pedido a los fieles que recen para que los sacerdotes "continúen entregándose con alegría y fidelidad" a la misión "que se les ha confiado".

El “don total de la vida a los más pobres, a los más necesitados, a los últimos”, pero “en la profunda convicción de que no es posible ejercitar la caridad sin vivir en Dios y en la Iglesia”. Este es el ejemplo que el Santo Padre ha indicado, hablando de “dos sacerdotes de Turín: san Leonardo Murialdo y san José Benito Cottolengo. El Papa ha recorrido su vida ejemplar a través de la manifestación de sus obras apostólicas, subrayando las grandes iniciativas a favor de los más necesitados.

Por lo que se refiere a don Cottolengo, fundador de la Pequeña Casa de la Divina Providencia, el Pontífice ha recordado que este domingo, durante su visita a Turín en ocasión de la ostensión de la Sábana Santa, ''tendrá' modo de venerar los restos mortales de este santo y encontrar los huéspedes de la casa''. La memoria de san Leonardo Murialdo ha sido, en cambio, muy aplaudida por los cerca de 1.300 participantes a la peregrinación promovida en el 110 aniversario de su muerte, presentes en la audiencia general.

En el marco del Año Santo Sacerdotal, el Papa ha recordado asimismo la obra del religioso español, José Tous Soler, beatificado el pasado domingo y a quien el Papa ha puesto como ejemplo a seguir.

Este ha sido el resuman que de su catequesis ha hecho en español Benedicto XVI para los fieles de nuestra lengua presentes en la plaza de san Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
 
Deseo hoy hablar de dos sacerdotes que vivieron su ministerio entregados totalmente a los más pobres y que supieron encontrar en su relación con Dios la fuente de su acción, con la convicción además de que no se puede ejercer la caridad sin vivir en Cristo y en la Iglesia. San Leonardo Murialdo, tras superar una profunda crisis espiritual, se hizo sacerdote y fundó la Congregación de San José, cuyo fin era la educación de la juventud pobre. El amor misericordioso de Dios es el núcleo central de la espiritualidad de san Leonardo. Ante la grandeza de la misión del sacerdote, como continuador de la obra de la redención de Cristo, recordaba a los presbíteros la responsabilidad de una vida coherente con el sacramento recibido. San Juan Benito Cottolengo, por su parte, mostró desde joven una gran sensibilidad hacia los pobres. Después de unos años de ministerio sacerdotal fructuoso, el encuentro con una joven madre de cinco niños enferma, y a la que tuvo que asistir en su muerte, cambió su vida. Fundó la obra denominada “Pequeña Casa de la Divina Providencia”, para atender a los más necesitados.
 
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, de modo particular a los miembros de la Congregación fundada por el Beato José Tous y Soler, acompañados por el Cardenal Antonio Cañizares y Monseñor Marcelo Arturo González, Obispo de Santa Clara, así como a los fieles venidos de España, México y otros países latinoamericanos. Inspirados por el ejemplo de los santos pastores, os invito a todos a seguir rezando por los sacerdotes, para que continúen entregándose con alegría y fidelidad en el cumplimiento de la misión que se les ha confiado. Muchas gracias. 
En italiano Benedicto XVI ha saludado a los participantes en el ‘VII Seminario profesional de oficinas de comunicación la Iglesia’. Este encuentro se está celebrando, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, y está organizado por la Facultad de Comunicación Institucional de este ateneo, con el tema, «Identidad y diálogo».

Como siempre el Santo Padre ha finalizado la audiencia general dirigiéndose a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. “Que el Señor resucitado llene con su amor el corazón de cada uno de vosotros, queridos jóvenes, para que estéis preparados para seguirle con el entusiasmo y la alegría de vuestra edad; que os sostenga a vosotros, queridos enfermos, la aceptación con serenidad el peso cotidiano del sufrimiento y de la cruz; y os guíe a vosotros, queridos recién casados, a fundar en la fiel donación recíproca, familias impregnadas por el perfume de la santidad evangélica”.







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