El card. Hummes invita a los presbíteros a la clausura del año sacerdotal en apoyo
al Papa
Jueves, 15 abr (RV).- Ante las fuertes polémicas que en estas semanas se han abatido
sobre la iglesia por “horribles y gravísimos delitos de abusos sexuales contra menores,
cometidos por algunos presbíteros, el prefecto de la Congregación para el Clero, el
Cardenal Claudio Hummes ha dirigido una carta a los presbíteros para invitarlos a
asistir numerosos a la clausura del Año sacerdotal junto al Papa en Roma y apoyarlo
en estos momentos difíciles.
El cardenal Hummes al hablar de los últimos
acontecimientos reconoce en su misiva que los graves hechos cometidos por algunos
presbíteros (proporcionalmente pocos) deben ser rechazados y condenados de modo “absoluto
e intransigente” y “deberán responder ante Dios y ante los tribunales, también ante
los civiles”. “La Iglesia está decidida a no esconder y a no minimizar tales crímenes
-escribe el purpurado- pero, sobre todo, estamos de parte de las víctimas y queremos
sostenerlas en su recuperación y en sus derechos ofendidos”.
No obstante,
el prefecto de la Congregación para el Clero hizo hincapié en que “los delitos de
algunos no pueden usarse en modo tal que enfanguen el entero cuerpo eclesial de los
presbíteros. Quien obra así – escribe- comete una clamorosa injusticia”.
Volviendo
al tema del Año sacerdotal, el cardenal brasileño dirigiéndose a los presbíteros reiteró
que la iglesia reconoce quienes son y cuánto hacen en la Iglesia y en la sociedad.
Por ello, a dos meses de la clausura del Año Sacerdotal, remite la invitación del
Papa a los sacerdotes para venir a Roma los días 9, 10 y 11 del próximo junio.
Con
expresiones del jubilo, el cardenal Hummes recordó que el Pontífice quiere confirmar
a los presbíteros de la Iglesia, por lo tanto, la numerosa y visible presencia de
todos en la Plaza de San Pedro, listos y sin temores, será una proclamación, ante
el mundo actual, de que Jesucristo los envió a este mundo, no para condenarlo sino
para salvarlo.
Pero otra motivación que impulsa esta invitación a los
presbíteros del mundo es la de “ofrecer al Papa Benedicto XVI su solidariedad y apoyo,
su confianza y comunión incondicionada ante los frecuentes ataques, que se dirigen
contra su Persona en el momento actual en el ámbito de las decisiones acerca de los
clérigos, que han incurrido en delitos sexuales contra menores”.
“Las
acusaciones contra el Papa – explica la misiva- son evidentemente injustas, y se ha
demostrado que nadie ha hecho tanto como Benedicto XVI para condenar y combatir correctamente
tales crímenes. Por eso, la presencia masiva de presbíteros en la plaza con el Papa
será una fuerte señal de nuestro decidido rechazo a los injustos ataques de los que
es víctima”.
La carta del prefecto de la Congregación para el Clero
concluye afirmando que la conclusión del Año Sacerdotal no será un final, sino más
bien un nuevo inicio. “Nos proponemos estar siempre más atentos a todo aquello que
el Espíritu Santo quiere comunicarnos. Mientras, volveremos al ejercicio de nuestra
misión en la Iglesia y en el mundo, con renovada alegría y con el convencimiento de
que Dios, Señor de la historia, permanece con nosotros en los momentos de crisis y
en los nuevos tiempos”.
Texto completo
HACIA
LA CONCLUSIÓN DEL AÑO SACERDOTAL
Queridos Presbíteros:
La
Iglesia goza de inmensa alegría por el Año Sacerdotal y agradece al Señor el haber
inspirado al Santo Padre su proclamación. Todas las informaciones que llegan a Roma
sobre las numerosas y múltiples iniciativas, organizadas por las Iglesias locales
en el mundo entero para la realización de este año especial, son la prueba de que
éste ha sido muy bien acogido y – podemos decir – que ha respondido a un verdadero
y profundo deseo de los presbíteros y de todo el pueblo de Dios. Era hora de dar una
atención especial, de reconocimiento y de voluntariedad al grande, trabajador e insustituible
Presbiterio y a cada uno de los presbíteros de la Iglesia.
Es verdad
que algunos presbíteros (pero proporcionalmente muy pocos) han cometido horribles
y gravísimos delitos de abusos sexuales contra menores; hechos que debemos rechazar
y condenar in modo absoluto e intransigente. Deberán responder ante Dios y ante los
tribunales, también ante los civiles. Por supuesto, rezamos para que lleguen a una
conversión espiritual y al perdón de Dios. Mientras, la Iglesia está decidida a no
esconder y a no minimizar tales crímenes. Pero, sobre todo, estamos de parte de las
víctimas y queremos sostenerlas en su recuperación y en sus derechos ofendidos.
Sin
embargo, los delitos de algunos no pueden usarse en modo tal que embrutezcan el entero
cuerpo eclesial de los presbíteros. Quien obra así comete una clamorosa injusticia.
En este Año Sacerdotal la Iglesia busca el modo de comunicarlo a la comunidad humana.
Cualquier persona, con sentido común y buena voluntad, lo entiende.
Habiendo
hablado necesariamente de todo lo anterior, volvamos a lo nuestro, queridos presbíteros.
Una vez más, queremos repetir que reconocemos quienes sois y cuanto hacéis en la Iglesia
y en la sociedad. La Iglesia os ama, os admira y os respeta. Sois una gran alegría
para nuestro pueblo católico, que os acoge y apoya, sobre todo en estos momentos de
sufrimiento.
Dos meses más y llegaremos a la conclusión del Año Sacerdotal.
Queridos sacerdotes, el Papa os invita de todo corazón a venir a Roma para dicha conclusión
los días 9, 10 y 11 del próximo junio. ¡Que vengáis de todos los países del mundo!
De los países más cercanos a Roma se espera miles y miles de vosotros, ¿no es verdad?
Entonces, no rechacéis la fuerte y cordial invitación del Santo Padre. Venid y Dios
os bendecirá. El Papa quiere confirmar a los presbíteros de la Iglesia. La numerosa
presencia de todos en la Plaza de San Pedro llegará a ser una forma propositiva y
responsable de los presbíteros a presentarse, prontos y sin temores, para el servicio
en favor de la humanidad, que Jesucristo os ha entregado. Vuestra presencia visible
en la plaza será una proclamación, ante el mundo actual, del vuestro envío a este
mundo, no para condenarlo sino para salvarlo (cfr. Jn. 3, 17 y 12, 47). En tal contexto,
el gran numero de presencias tendrá un significado especial.
Entorno
a la presencia numerosa de presbíteros en la conclusión del Año Sacerdotal, en Roma,
existe todavía un motivo particular, que hoy se coloca en el corazón de la Iglesia.
Se trata de ofrecer a nuestro amadísimo Papa Benedicto XVI nuestra solidariedad y
nuestro apoyo, nuestra confianza y nuestra comunión incondicionada ante los frecuentes
ataques, que se dirigen contra su Persona en el momento actual en el ámbito de las
decisiones acerca de los clérigos, que han incurrido en delitos sexuales contra menores.
Las acusaciones contra el Papa son evidentemente injustas, y se ha demostrado que
nadie ha hecho tanto como Benedicto XVI para condenar y combatir correctamente tales
crímenes. Por eso, la presencia masiva de presbíteros en la plaza con el Papa será
un fuerte señal de nuestro decidido rechazo a los injustos ataques de los que es víctima.
Así pues, venid también para apoyar públicamente al Santo Padre.
La
conclusión del Año Sacerdotal no será un final, sino más bien un nuevo inicio. Nosotros
– el Pueblo de Dios y los pastores – queremos dar gracias al Señor por este tiempo
privilegiado de oración y de reflexión sobre el sacerdocio. Al mismo tiempo, nos proponemos
ser siempre más atentos a todo aquello que el Espíritu Santo quiere comunicarnos.
Mientras, volveremos al ejercicio de nuestra misión en la Iglesia y en el mundo, con
renovada alegría y con el convencimiento de que Dios, Señor de la historia, permanece
con nosotros en los momentos de crisis y en los nuevos tiempos.
La
Virgen María, Madre y Reina de los sacerdotes, interceda por nosotros y nos inspire
en el seguimiento de su Hijo Jesucristo, Nuestro Señor.