“Encallaremos en una isla”, carta de los obispos malteses por la visita del Papa
Domingo, 11 abr (RV).- En preparación de la primera visita pastoral del Papa Benedicto
XVI a Malta, los próximos 17 y 18 de abril, los obispos malteses han publicado una
Carta pastoral, que lleva por título “Encallaremos en una isla” (Hch 27.26), y que
se está leyendo durante la Santa Misa de este fin de semana.
Ha sido siempre
nuestra firme convicción - escriben los obispos de Malta- que el naufragio que arrojó
al apóstol Pablo a nuestras islas no ocurrió sólo por una coincidencia. Hoy, más o
menos de la misma manera, consideramos providencial que Su Santidad el Papa Benedicto
XVI haya decidido realizar esta visita pastoral a nuestro país. Hace dos mil años,
durante su breve permanencia entre nosotros y con su predicación del Evangelio, Pablo
presentó Jesucristo al pueblo de Malta y de Gozo; conociéndolo, la esperanza cristiana
se infundió en sus corazones. Los prelados malteses observan que, en preparación de
la visita de su Santidad y para que ésta no sea un mero evento ceremonial, sería apropiado
detenernos un momento y preguntarnos: ¿Dónde nos encontramos con respecto a nuestra
fe y cuales son los frutos del Evangelio que hemos recibido hace tantos años y que
han modelado nuestra identidad y tradiciones?
Mas adelante en su Carta pastoral
los obispos malteses no dudan en que “si abrimos nuestros corazones para abrazar esta
ocasión, este será para nosotros un momento de gracia que nos servirá para alentar
y fortificar nuestra fe”. “Estamos convencidos que el Papa, no sólo por las palabras
que nos dirá, sino también con su espiritualidad, elevará muchas cuestiones sobre
Cristo y su mensaje”. Por esto invitan a todos - no sólo aquellos que están recorriendo
el camino de la fe, sino además a aquellos que se sientan cargados de dudas de la
fe - a prestar atención al mensaje del Papa.
Luego, los prelados malteses
observan que nadie puede negar que trayendo hasta esa Isla el Evangelio, la Iglesia
enriqueció notablemente su cultura. “Hoy, en un momento en el que observamos tantos
caminos transversales en nuestra vida y nuestra fe, estamos invitados a renovar nuestra
iglesia para que pueda ser como Dios comandó: una iglesia que asemeja a las primeras
comunidades cristianas; una iglesia construida, en primer lugar, sobre la palabra
de Dios y la Eucaristía, especialmente la Eucaristía dominical”.
“Así como
la visita de Pablo dio nuevo impulso a la sociedad en aquel tempo, así también, esta
breve permanencia del Papa entre nosotros, puede dar el ímpetu requerido para focalizar
una vez más el centro de nuestra fe, que no obstante esté siempre cerca de nuestros
corazones necesita ser renovada”. La profunda personalidad del Papa, así como su conocimiento
profético de nuestro tiempo- características que emergen con claridad de la lectura
de sus primeras Encíclicas - nos permitirá abrir nuestros ojos a nuestra situación
actual. Invitemos al Papa a guiarlos en la dirección adecuada para que nuestro país
pueda continuar a tener una visión hacia el futuro que no sea engañosa, sino que nos
permita continuar a abrazar la fe cristiana como un tesoro que aumenta y no disminuye
la dignidad de la persona humana”.
Por último, los obispos de Malta reflexionan
sobre la actual situación: Frente a la tragedia del naufragio, el pueblo maltés acogió
a Pablo, lo apoyó en su momento de necesidad y lo amó. Hoy la Iglesia – y de manera
particular, el Papa, se encuentra navegando en aguas tormentosas. Ahí están aquellos
que tratan de acallar su voz profética. Creemos que, como nuestros antepasados, estamos
llamados a mostrar nuestro amor por el Papa y aunarnos a él. Con este motivo, durante
el próximo fin de semana, invitamos al pueblo de Malta y de Gozo a recibir calurosamente
al santo Padre, que nos visitará ¡en nombre del Señor! Los obispos malteses concluyen
su carta invitando a participar a todos los encuentros que se están organizando para
celebrar los dos días en que Su Santidad estará entre nosotros. Esta visita es en
efecto un momento de gracia, que confiamos a Nuestra Madre María y al apóstol Pablo.