Editorial del Director de Radio Vaticano, P. Federico Lombardi: En vísperas de la
Semana Santa
La cuestión de los abusos sexuales de menores por parte de miembros del clero católico
ha seguido estando muy presente en los medios de comunicación de muchos países, en
particular en Europa y en América del Norte también en los últimos días tras la publicación
de la carta del Papa a los católicos irlandeses.
No es una sorpresa.
El argumento es de tal naturaleza que atrae la atención de los medios de comunicación,
y el modo en el que la Iglesia lo afronta es crucial para su credibilidad moral.
En realidad, los casos que han salido a relucir tuvieron lugar, por
lo general, hace bastante tiempo, incluso hace decenas de años, pero reconocerlos
y reparar el daño hecho a las víctimas es el precio del restablecimiento de la justicia
y de aquella “purificación de la memoria” que permite mirar con renovado compromiso
y con humildad y confianza en el futuro.
A esta confianza contribuyen
las numerosas señales positivas que han llegado de diferentes conferencias episcopales,
obispos e instituciones católicas de varios países de distintos continentes: las directivas
para la gestión correcta y la prevención de los abusos, reiteradas, actualizadas y
renovadas en Alemania, Austria, Australia, Canadá, etc.
En particular,
una buena noticia es el séptimo informe anual sobre la aplicación de la “Carta para
la protección de los niños y jóvenes” de la Iglesia en Estados Unidos. Sin caer en
la complacencia, fuera de lugar, no se puede dejar de reconocer el esfuerzo extraordinario
de prevención efectuado a través de numerosos cursos de formación y training tanto
para los jóvenes como para todo el personal encargado de la pastoral y la educación.
También hay que tener en cuenta que el número de las denuncias de abusos ha disminuido
un 30 por ciento en el último año y de que la mayor parte se remonta a hechos sucedidos
hace más de 30 años.
Sin entrar en detalles, hay que reconocer que
las medidas tomadas y las que se están llevando a cabo se han revelado eficaces. La
Iglesia en Estados Unidos ha emprendido un buen camino para renovarse.
Pensamos
que esta es una noticia importante en el contexto de los recientes ataques de los
medios de comunicación que, evidentemente, han causado daños. Pero un observador imparcial
advierte que la autoridad del Papa y la labor intensa y coherente de la Congregación
para la Doctrina de la Fe no resultan mermadas, sino al contrario, confirmadas a la
hora de sostener y orientar a los episcopados para combatir y extirpar la plaga de
los abusos en cualquier lugar donde sucedan. La reciente carta del Papa a la Iglesia
de Irlanda representa un intenso testimonio que contribuye a preparar el futuro a
través de un camino de “curación, renovación y reparación”.
Con humildad
y confianza, con espíritu de penitencia y esperanza, la Iglesia entra ahora en la
Semana Santa y pide al Señor, que sufre y resucita por todos, misericordia y gracia.